El pueblecito entre montañas a una hora de Sevilla que parece sacado de una postal y en el que se come muy bien

Alájar
Alájar / Carmen P. Acal

En pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva, se encuentra el municipio de Alájar, un pequeño pueblo de apenas 680 habitantes cuyo entorno es de una belleza extraordinaria en la zona, con bosques de encinas, alcornoques y castaños, entre los cuales cursan numerosos arroyos. Todo esto ha dado lugar a que esta pequeña y en ocasiones desconocida localidad se haya conformado como un pueblo que parece sacado de una postal.

Alájar se encuentra al pie de la Peña de Arias Montano, un lugar declarado Bien de Interés Cultural que se llama así porque fue lugar de retiro y meditación de Benito Arias Montano, teólogo erudito, asesor del rey Felipe II y uno de los intelectuales más influyentes de su epoca. Desde la peña se divisa una panorámica inolvidable de este mágico pueblo y de sus inmediaciones.

En su pequeño núcleo poblacional se encuentra el Caserío, un conjunto de casas de arquitectura popular y de calles estrechas que ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico que está presidido por la iglesia, con su torre típica que se levanta por encima de los techos del municipio. Rodeando el municipio se extienden otros núcleos poblacionales (aldeas) de mucho menor tamaño, algunas de las cuales son muy conocidas en toda la zona de Andalucía Occidental. Se trata de El Cabalacino, El Cabezuelo, El Collado, Los Madroñeros y San Bartolomé.

Su historia

El nombre de Alájar proviene del árabe "al-ajar", que significa piedra. Los primeros asentamientos humanos que se conocen en la zona datan de la época prehistórica, encontrándose algunos restos de esta etapa en relación con las explotaciones mineras de Río Tinto. Del III milenio a.C. hay restos de talleres líticos en la Cueva de la Umbría y de mediados del II milenio se han hallado restos en el poblado del Castañuelo, y también de la cultura céltica que se asientan en la zona en el siglo V a.C.

En el siglo I se establecen en la zona los romanos para la explotación de las minas, y crean pequeños núcleos agropecuarios que sustentaban el asentamiento. Posiblemente en ellos se ubicarían los orígenes de la actual Aracena y de otras poblaciones cercanas que hay repartidas por la zona.

Vista panorámica de Alájar
Vista panorámica de Alájar / Ayuntamiento de Alájar

Durante el periodo de Al-Andalus el municipio adquiere importancia, como lo demuestra la torre almohade de su castillo y la fuente de Zulema. En esta época Alájar dependió de Niebla y de Sevilla. La conquista cristiana fue llevada a cabo por la Orden Militar de los Caballeros del Hospital en el siglo XIII y hasta 1213 fue cedida por la Corona a la Orden del Temple.

Posteriormente, pasó a la jurisdicción eclesiástica de Sevilla con la disolución del Temple, constituyéndose un Real Priorato con dependencia de la Corona. En tiempos de Felipe IV pasó a depender, como señorío, del Conde-Duque de Olivares, en el año 1640. No sería hasta el año 1700 cuando obtuvo el título de villa.

Qué ver y qué comer en Alájar

Alájar cuenta con varios edificios y lugares de gran interés patrimonial, entre los que están la iglesia de San Marcos, la Ermita de San Bartolomé Apóstol o la de la Santísima Trinidad, el mirador del Puerto de Alájar, sus fuentes, Santuario de la Reina de los Ángeles, así como las numerosas rutas que hay alrededor del municipio y que son de una belleza paisajística única.

Si hay algo que destaca en la gastronomía de esta zona de la Sierra de Aracena es su afición por el cerdo ibérico y por la elaboración de comidas con castañas y setas durante la temporada del otoño. Más allá de estos alimentos también es popular encontrar miel de diferentes tipos, quesos e incluso cervezas artesanales que se hacen en algunas de las aldeas próximas al municipio.

Destacan por la calidad de su comida y sus precios, así como por el ligar en el que se encuentran el restaurante El Padrino, Abacería La Espuela, el restaurante mesón El Corcho, Casa Cruz, El Molino o el Bar La Plazita.

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