El trayecto entre Benalup-Casas Viejas y Medina Sidonia es bastante sencillo. Sus 20 kilómetros discurren, en su mayor parte, por una zona llana o ligeramente ondulada. Sólo tendremos que subir en el tramo final hasta la hermosa meta, una localidad con unas vistas espectaculares de todo su entorno.

Desde el mirador de Benalup, tomamos la calle Tajo y, tras unos 500 metros, llegamos a una rotonda ya a las afueras. Sin cambiar de rumbo, de frente, entramos en el Antiguo Camino de La Mesa, por tierra. No nos salimos del carril principal, muy ancho y cómodo. Otros caminos secundarios irán desembocando en nuestra senda. Dejamos atrás, por la izquierda, las Casas de Puertochino.

Los primeros compases avanzan por un amplio carril de tierra.

Poco a poco el carril se va acercando a la carretera A-2225, hasta colocarse en su lateral. La vamos a acompañar prácticamente hasta llegar a Medina Sidonia. A los 3 kilómetros de nuestra salida, llegamos a San José de Malcocinado, población que se extiende por las orillas de la calzada con algunos servicios donde poder desayunar. El recorrido en todo momento se mantiene en paralelo, primero por tierra y después por asfalto. El entorno se hace más urbano hasta avanzar por un estrecho parquecito casi sin darnos cuenta. Posteriormente, vamos sobre acera hasta que llegamos Los Badalejos. Merece la pena mirar arriba por esta parte pues podremos ver en temporada las cigüeñas en sus nidos colocados en postes de luz.

Veremos muchos nidos de Cigüeñas cerca de Los Badalejos

Ya dentro de la población, justo en el kilómetro 7,5 de la etapa, la carretera que acompañamos alcanza una glorieta. Continuamos de frente para enfilar la calle Padrón. En 500 metros, dejamos atrás las casas colocándonos en un bonito paseo de tierra con bancos y un canal a la izquierda. Avanzamos unos metros más hasta cruzar el curso de agua por un puente de madera. Un poco más adelante cruzamos la carretera para colocarnos en su lado derecho.

Un bonito sendero a la salida de Los Badalejos. Un canal nos acompaña por la izquierda.

Comenzamos a ver la señalización del Sendero de las Dos Bahías con bastante frecuencia. El trazado entra en un paraje más tranquilo: avanza con claridad por una zona de campo muy plana por donde ya veremos Medina Sidonia a lo lejos dominando el paisaje. El sendero desemboca, en la Cañada Real de Algeciras, Tarifa y Medina Sidonia en un punto donde hay varias construcciones del Cortijo de los Arenalejos. El carril se va separando de la A-2225 poco a poco.

Al salir de Los Badalejos y cruzar la carretera, caminaremos por un tramo muy llano.

Tras caminar otro par de kilómetros, ante el ondulado Cerro de Doña Antonia, llegamos al Ventorrillo de la Cabrala. Si necesitamos agua o comida podemos visitarlo, aunque tendremos que desviarnos unos metros por el camino que sale por la izquierda. Pasados los edificios, volvemos a tener otra carretera a nuestro lado. En esta ocasión es la A-396, con bastante más tráfico. De momento, no hay que cruzarla.

Primero de los puentes romanos que veremos en esta jornada.

A algo más de un kilómetro, nos encontramos con un pequeño tesoro: regalos que ofrecen estos caminos. Se trata del puente romano de los Tres Ojos, que supera el Arroyo del Yeso. Es posible que tengamos que rodearlo para verlo bien.

Puerta de entrada a la finca La Cantora.

El recto camino nos muestra poco después los terrenos de la Finca La Cantora, conocida por Isabel Pantoja. De hecho, pasamos justo por delante de su puerta. Unos metros más y damos con el segundo puente romano, el de la Hoya. Está exactamente a dos kilómetros del primero.

Hay dos kilómetros exactos entre este puente romano y el anterior.

Las señales nos hacen pasar bajo la carretera para seguir un carril de tierra en paralelo que nos conduce hasta las instalaciones de Agro Conil. Seguimos su perímetro y doblamos la izquierda. Una larga recta atraviesa campos de labranza hasta dejarnos en una encrucijada.

La flecha del suelo marca el camino.

Ahora no tenemos más remedio que subir en los 2,5 kilómetros que faltan hasta el final. Doblamos en el cruce a la derecha y, con muchísimo cuidado, pasamos al otro lado de la carretera A-2235. Nos aguarda una ancha cañada que asciende poco a poco. El recorrido puede tener tramos difusos, pero las marcas de los neumáticos de los tractores nos ayudarán a intuir por dónde avanza. Esta parte puede ser bastante complicada si ha llovido recientemente, pues el barro nos dificultará mucho el paso. 

Poco a poco, los vallados y unas casas irán delimitando nuestro trayecto con más claridad, a la vez que estrechándolo. Acabamos en la carretera CA-203. Solo acompañamos el asfalto unos 250 metros, pero lo haremos en una cerrada curva a la izquierda. Precaución con el tráfico.

Repecho hasta la Fuente de la Canaleja. Puede que tenga maleza.

Justo al acabar el giro, nace otro camino de tierra por la derecha. Cruzamos la calzada para acceder a la Fuente de la Canaleja. Tenemos que superar un repecho más pronunciado. El tramo está algo más asalvajado y la pendiente está en mal estado. Arriba hay una pasarela de madera. Yendo a la izquierda acabamos volviendo a pisar asfalto, ya entre las primeras casas de Medina Sidonia.

Plaza de España. Llegamos a ella por la calle Pablo Iglesias.

Al fondo de la calle, nos reencontramos con la CA-203. Doblamos a la derecha para, tras pasar una rotonda, tomar ya la acera. Un poco más arriba nos recibe un bonito mirador con unas vistas estupendas de todo lo que hemos recorrido y de lo que nos aguarda en la próxima jornada. Veremos hasta el mar. La calle Pablo Iglesias nos conduce hasta la Plaza de España, donde está el Ayuntamiento y donde concluimos la etapa.

Iglesia de Santa María la Mayor de Medina Sidonia.

Medina Sidonia es una localidad con mucha actividad y patrimonio. Es un gusto disfrutar de sus bares en la calle San Juán o perdernos por las callejuelas de la zona más elevada hasta la Iglesia de Santa María la Mayor. El municipio tiene una rica historia, como demuestran sus ruinas romanas o el castillo que coronada población. Cultura, gastronomía y unas bellas panorámicas del entorno. La localidad asindonense tiene un gran encanto y mucho que ofrecer al visitante.