Una saga de reveladores

Hace 148 años que Johann Zahn creó la primera cámara de fotos portátil. Atrás quedó el popular daguerrotipo de Louis Daguerre, dado a conocer en 1839. Hoy, la fotografía es arte, y, como tal, los hermanos Candela y Manuel Salvador Menéndez han querido rendir su pequeño homenaje a la historia de la cámara fotográfica con una exposición de 25 máquinas fabricadas entre 1930 y 1980. La mayoría de ellas pertenecen a la colección privada del propio Manuel Salvador y otras han sido cedidas por clientes de la tienda que regenta junto a su hermana -Fotosupra, en la calle Asunción-, como la emblemática Leica III, muy usada durante la Guerra Civil española; y la Hasselblad, la cámara que fotografió al hombre que llegó a la Luna.

"En la tienda tenemos varias cámaras antiguas y muchos clientes se acercaban curiosos a mirarlas. Esto nos llevó a plantearnos la posibilidad de crear una exposición", cuenta Manuel Salvador, a la vez que enumera los diferentes objetos expuestos. "La cámara más antigua que tenemos data de 1930. Se trata de la alemana Kodak Brownie Plant".

En la muestra se pueden apreciar otras máquinas míticas como la Zeiss Ikon Contaflex (Alemania, 1960); la Zeiss Ikon Contarex (Alemania, 1961); una Minox de 1954, "muy común en las tareas de espionaje"; la minúscula Toyoka (Japón, 1953); la Exakta RTL 1000, que data de 1970, "fabricada por la República Democrática Alemana"; una Robot II Luftwaffe (1942), "utilizada por los pilotos del ejército del aire nazi"; y una Nikon F, "que captó la Guerra de Vietnam", entre otros modelos. La muestra incluye imágenes de la época como el miliciano de Robert Capa, los obreros del Rockefeller Center de Nueva York o un concierto de Bob Dylan.

El amor por las cámaras de fotos -y por la fotografía en general- les llega a este par de hermanos por su abuelo Alfredo Menéndez Mata, "que montó en Sevilla el primer laboratorio en color de Andalucía, y el tercero en España", señala Candela Salvador. "Mi abuelo, que murió hace unos meses, fue el fundador de Surcolor, en los años 50". Él fue quien le regaló a Manuel sus dos primeras cámaras antiguas. Un regaló que acabó en afición y, ahora, en exposición.

El primer laboratorio que Alfredo Menéndez abrió en Sevilla estaba situado en un pequeño local de la calle Capitán Viguera. Con el tiempo, en la década de los 80, surgió Surcolor, un laboratorio fotográfico que, desde una nave industrial en el Polígono Store, abastecía a diferentes tiendas de toda Andalucía. "Cuando las tiendas pasaron a ser autosufiencientes y éstas pudieron revelar los carretes en 24 horas primero y, después, en una hora, mi abuelo abrió su propia tienda en Asunción. Era 1992", cuenta su nieta Candela.

"Todo lo que sé de este negocio se lo debo a mi abuelo. Él ha sido nuestro maestro", reconoce Manuel Salvador. "En el año 2004, mi abuelo se jubiló. Sus nietos heredamos sus dos tiendas, ésta, en Asunción, y otra en la calle Sierpes; y vendió la marca Surcolor a terceros", comenta la joven.

La línea de negocio de Fotosupra ha evolucionado en los últimos años. Mientras que Alfredo Méndez vivía rodeado de productos químicos, líquidos de revelado y cuartos oscuros, Candela y Manuel llegaron a la empresa con la era digital. "No hay día que no llegue un carrete para revelar, aún quedan románticos; pero hemos tenido que reciclarnos y ofrecer nuevos servicios, como impresiones en lienzo o en cartón pluma, productos personalizados, retratos pop art, ampliaciones fotográficas y elaboración de álbumes digitales, entre otros servicios".

Sin embargo, hay algo que nunca ha cambiado, su "sello de calidad": "La corrección de la foto es nuestro principal objetivo. Tenemos que ofrecer la máxima calidad. Esta es la lección que nos enseñó nuestro abuelo".