Un toque de color para el Arenal

CLOROFILA

Welcome to the jungle (Bienvenido a la jungla) es el lema que reza en una de las paredes de Clorofila, un local que abría en la calle Santander hace apenas cinco meses y que ya se ha hecho con una clientela que busca algo diferente en pleno barrio del Arenal. Más que una jungla, Clorofila -el nombre llena de color cada rincón del establecimiento- es toda una experiencia en la que tradición e innovación se sientan juntos a la mesa.

La ensaladilla, la carne con tomate o los guisos sevillanos alcanzan una nueva dimensión en la carta de Clorofila, que firma el chef Pedro Sánchez y que se renueva de manera constante. Los productos más típicos de la cocina andaluza no faltan en una propuesta que, sin embargo, busca siempre un toque diferente. Para comprobarlo, sólo hay que probar el tartar de toro, las patatas clorofila (una versión de bravas con salsa picante de kimchi) o el pulpo a la parrilla con crema de boletus. Pero crear nuevos sabores y texturas es otra de las pasiones del chef de Clorofila -los huevos mollet con parmentier de trufa y crujiente de morcilla son su última creación-, por lo que cada nueva visita es toda una experiencia.

Al frente del local están tres empresarios Thomas de Galard, Pablo Pérez de Guzmán y Pedro Sánchez Bueno, que conocen muy bien el sector -son los artífices del éxito de La Escondida, en Cardenal Bueno Monreal- y se han propuesto ofrecer en esta nueva aventura un concepto diferente de restaurante. La decoración, que tiene el verde como protagonista, cumple un papel fundamental para recrear un ambiente actual en el que disfrutar también de una copa o un cóctel y donde tienen cabida presentaciones, eventos relacionados con la moda, showcooking - hoy visitan el local los participantes del programa de televisión Top Chef Pablo González y Carlos Medina para elaborar y presentar en directo sus platos a los clientes- y fiestas temáticas.

Con cinco espacios diferentes (doble salón interior, barra, velador y reservados en el piso superior), el único requisito para disfrutar de Clorofila es estar dispuesto a vivir una experiencia más allá de lo gastronómico.