Raquel Amaro, cirujana capilar: “Lavarse el pelo con frecuencia no provoca una mayor caída”
Con la llegada del otoño y la caída del cabello estacional, la experta explica cuáles son los hábitos poco saludables que sí conllevan una pérdida de densidad capilar
Ignacio Sevilla, médico y cirujano capilar: “Los peinados tirantes en verano son perjudiciales, el pelo está mojado, es más débil, se rompe y se cae mucho más”
Llega el otoño y comienza una de las peores etapas para el cabello. Después de haber sufrido las consecuencias del verano, ahora toca enfrentarse a la temida caída de pelo estacional. Sabemos que es una etapa, pero a muchas nos preocupa mirar el cepillo después de peinarnos y verlo repleto de cabellos. En otoño se nos cae más el pelo, forma parte de su ciclo, pero también hay hábitos que evidencian aún más esa caída.
A la caída estacional se suma el abuso de herramientas de calor para el peinado y el uso reiterado de peinados tirantes, que pueden provocar daños irreparables en el cabello. Por eso, ahora que recurrimos a tratamientos y cortes de pelo para recuperar nuestro cabello después del verano, es aconsejable poner el foco en los hábitos que son perjudiciales para no reiterarlos y hacer que la caída estacional sea lo más llevadera posible. La doctora Raquel Amaro, cirujana capilar del Hospital Capilar, señala que existen varias prácticas habituales que pueden estar dañando el cabello, aunque no lo sepamos. Te las contamos.
Productos de fijación capilar, sí, pero con precaución
“En sí, el uso de productos de fijación, como geles, lacas, espumas o ceras, no son perjudiciales por sí mismos para la salud capilar, pero es aconsejable que se retiren siempre adecuadamente y se mantenga una correcta higiene de cuero cabelludo”, explican explica la doctora Raquel Amaro.
“El principal problema del uso de estos productos podría surgir cuando se acumulan en el cuero cabelludo y este no se lava con regularidad, ya que pueden generar inflamación en el mismo o incluso favorecer procesos de dermatitis seborreica”, expone la doctora Raquel Amaro, de Hospital Capilar.
De hecho, el exceso de aplicación de productos capilares puede ser perjudicial para el crecimiento y la salud del cabello. La especialista advierte sobre su uso inadecuado y destaca que “puede acarrear consecuencias”.
- Obstrucción e inflamación de los folículos: “Los residuos que dejan productos como las ceras (si no se mantiene una higiene adecuada) pueden taponar el poro, favoreciendo por ejemplo la aparición de inflamación”, advierte la cirujana capilar.
- Alergia: “Algunos ingredientes, como las fragancias o parabenos, pueden desencadenar alergias o irritaciones”, advierte la especialista.
- Dermatitis seborreica: “Su uso excesivo y el no mantener una correcta higiene puede comprometer la barrera cutánea, alterar el microbioma y favorecer la sequedad o el exceso de sebo”, expone la doctora Raquel Amaro.
Horquillas y gomillas demasiado tirantes, un plus para la pérdida capilar
Durante el verano hemos dejado nuestro cabello un poco al libre albedrío, pero con el otoño volvemos a someterlo a peinados más rígidos, bien por garantizar la funcionalidad, bien porque se adaptan a nuestro estilo. Apostamos por recogidos, coletas y toda clase de peinados que, en algunas ocasiones, resultan demasiado tirantes.
Los expertos han advertido sobre el abuso del clean look, pero muchas ven en él una forma de peinarse favorecedora, cómoda y útil. Para conseguirlo, además de utilizar productos de peinado y fijación, también recurrimos a horquillas y gomillas sin saber que estos aliados pueden terminar convirtiéndose en enemigos.
“Utilizar horquillas y gomas, como tal, no suponen un problema a nivel capilar por sí mismas, pero sí que hay que tener cuidado con la tensión que se ejerce al recoger el pelo con estos objetos”, advierte la doctora Raquel Amaro.
“Es importante prestar atención a esto, ya que, si se ejerce una tensión excesiva al recoger el pelo, puede causar alopecia por tracción, una forma de pérdida capilar reversible si se detecta a tiempo, pero que puede ser permanente si persiste el daño”, subraya la doctora Amaro.
La frecuencia con la que lavamos nuestro cabello
Es uno de los aspectos que más debate genera. Las hay que lavan su cabello un par de veces a la semana porque tienen grabado a fuego que si lo hacen con más frecuencia se les caerá y las hay que se lo lavan todos los días haciendo caso omiso a la creencia popular. ¿Cuál de las dos tiene razón? Estés en el equipo que estés, debes saber que “la frecuencia de lavado depende del estilo de vida de cada persona y del tipo de cuero cabelludo o grado de seborrea del mismo”.
“Es esencial romper el mito de que es perjudicial o que provoca más caída lavarse el pelo a menudo. En términos generales, aunque hay que individualizar cada caso, es importante lavarse el cabello de forma frecuente, incluso de forma diaria, sobre todo, en caso de practicar deporte que implique sudoración intensa de forma diaria”, añade la doctora Amaro, de Hospital Capilar.
La alimentación, el estrés o dormir con el pelo mojado, otros hábitos que dañan el cabello
Además de las rutinas habituales y poco recomendables, hay otros hábitos diarios que pueden acarrear una pérdida de cabello o una debilitación del mismo. Somos conscientes de que la alimentación es un pilar fundamental en nuestra salud, en general, pero quizás no veamos la relación directa con el estado de nuestro cabello.
Detalles simples como dormir con el cabello mojado, muchas veces por no esperar a que se seque antes de meternos en la cama, o recurrir en exceso a planchas para que nuestro cabello tenga un acabado pulido puede tener consecuencias nefastas, por mucho que luego recurramos a tratamientos de hidratación o nos cortemos el pelo cuando está deteriorado. La doctora Raquel Amaro hace especial hincapié en estos poco saludables hábitos.
- Alimentación desequilibrada. El estado de nuestro pelo depende mucho de la dieta. “Podrían influir negativamente el consumo excesivo de grasas saturadas o los posibles déficits nutricionales derivados de una dieta poco saludable”, expone la especialista. “Carencias en hierro, zinc, biotina o proteínas afectan directamente al ciclo de crecimiento capilar”, añade
- Dormir con el cabello mojado. El pelo mojado es más frágil, por lo que la fricción puede dar lugar una mayor rotura del mismo. Además, “la humedad prolongada en cuero cabelludo puede favorecer el crecimiento de hongos”.
- Uso excesivo de calor: Abusar de secadores, planchas y otras herramientas de peinado puede provocar fracturas en el tallo y deterioro de la cutícula. Evítalos, si es posible, o utiliza un protector térmico.
- Peinarse con fuerza o con el cabello mojado: “El cabello mojado es más débil; por lo que un cepillado agresivo puede arrancarlo o partirlo con facilidad”, explica la especialista. Es recomendable utilizar peines o cepillos de púas gruesas y de materiales naturales para evitar la rotura de la fibra.
- Estrés crónico: Los ritmos de vida a los que nos enfrentamos pueden derivar en un estrés crónico que, a su vez, “puede desencadenar procesos de efluvio telógeno, o lo que es lo mismo, una caída exacerbada del cabello”.
- Obviar o normalizar la presencia de caspa (dermatitis seborreica): El desequilibrio inflamatorio en el cuero cabelludo afecta negativamente al ciclo folicular.
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