Marketing: cero euros
Viudes, traído por Galilea para incrementar los ingresos del club, no consiguió ningún dinero extra
La horrenda y agonizante campaña que cerró el CB Sevilla, sólo salvada por la permanencia deportiva a última hora -hay que insistir: venía el año anterior de entrar en el play off-, aunque en la ACB, visto lo visto, no baja nadie, salpica a la mayoría de las áreas en las que metieron la zarpa el propietario y la gente que vino con él, pese a que resulta que con el tiempo nadie conocía de nada al tal Jeffrey Meythaler.
Una de estas parcelas para estudiar detenidamente es la de marketing. José Luis Galilea, director general y deportivo bastante perdido en ambas áreas, trajo de la mano a uno de los hombres de su plena confianza con quien trabajó previamente. Francisco Viudes llegó como responsable principal para obtener ingresos extras a través de patrocinios, acuerdos con empresas de distinta índole, abonos a pie de pista... Desde luego, el año quedará para los anales de la historia, puesto que el responsable de Marketing no metió un solo euro nuevo -sí se mantuvieron algunos espónsors anteriores- en la sociedad anónima deportiva. ¡¡¡Cero!!!
Bien está resaltar que el murciano puso a funcionar las campañas por la nueva imagen corporativa y también la de abonados, pero obviamente son gastos, no dinero contante y sonante para la entidad. Además, se le puede atribuir a él, o a Galilea, quizás a ambos, la pionera decisión de dejar entrar a la prensa en los vestuarios al término de los partidos. Tampoco da euros, aunque es de agradecer.
No sólo disparó los precios de los palcos y varias empresas huyeron al conocer los precios, sino que tampoco logró colocar el nombre de algún patrocinador en las camisetas, un espacio cedido por el gran mecenas, Caixabank, para que el CB Sevilla ingresara una partida extraordinaria e incluso pasara a denominarse con el nombre del anunciante amigo, como ocurre con tantos clubes en la ACB. Acaso exigía unas cantidades inviables para estar en Sevilla y para la coyuntura económica actual. Comenta él mismo que su labor es a largo plazo, a tres años vista. Pero resulta que no obtener ingresos de ningún tipo es parte del problema que tiene al club con las patas colgando y viviendo en el alambre sobre si pervivirá o morirá en unas semanas.
Como estrategia de marketing, por último, no parece apropiado enzarzarse en las redes sociales, una de sus especialidades, con aficionados y periodistas, un dislate, más que nada por los primeros, que pagan y por eso critican.
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