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Porzingis, cautela ante un diamante en bruto

  • Juanma Pino y Carlos Romero, los dos técnicos del letón desde su llegada a España, ensalzan su figura pero con tiento.

"Es un niño y no ha hecho nada aún para ser noticia", insisten desde el club. Cierto, pero también lo es que Kristaps Porzingis, júnior de primer año la pasada campaña en el filial del Cajasol, ha saltado prácticamente del anonimato a tener algo de relevancia mediática con la llegada de Aíto García Reneses, forjador de brillantes carreras de jugadores de renombre mundial como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández y Ricky Rubio. No quieren presión en la entidad sevillana para un chaval que está muy verde, pero que cuenta con unas condiciones portentosas, físicas y mentales, para jugar al baloncesto.

Este letón de 17 años y de más de 2,10 de estatura es analizado por los dos técnicos que lo han pulido desde su llegada a Sevilla: Carlos Romero, en cadetes, y Juanma Pino, en júniors. Ambos coinciden en que es prontísimo para saber cuál será su porvenir en el mundo de la canasta, pero los dos valoran las aptitudes y actitudes de este chico con un potencial enorme.

Romero cuenta que "el primer año siempre es de transición, llegó desubicado y físicamente con algunos problemas, anemia, poco peso y escasa masa muscular, que se resolvieron gracias al trabajo del servicio médico del club. El cambio fue brutal. Teníamos dudas de cuánto nos ayudaría y superó las expectativas". El técnico, que integra el equipo de trabajo de Sergio Scariolo en la selección, dice de Porzingis que "es muy inteligente, juega muy bien sin balón y tiene un físico que no había visto nunca aquí. Aparte de la estatura, tiene una envergadura brutal. Con ese tamaño es capaz de correr, tirar bien de fuera…".

Su preparador en cadetes recuerda que "técnicamente no estaba mal cuando vino, aunque aquí ha mejorado. Su mayor dificultad fue adaptarse al ritmo de juego, más rápido, con defensas más duras. Es un brillante en bruto espectacular. Posee cualidades físicas que son muy difíciles de encontrar. Tiene recursos y con Juanma los ha perfeccionado. Controla el balón como si fuera un tío de 1,85 y juega de tres, aunque podría hacerlo de cuatro y de cinco. Como le pasa a Pau Gasol".

Turno para Juanma Pino: "Está en plena evolución. Es un chico con un proyecto de físico increíble, no sólo por su altura, sino por cómo se desplaza por el campo y la facilidad que tiene para coordinar muchos movimientos. Hay que ver como crece en madurez porque es un niño todavía y está aprendiendo a competir, a estar más concentrado y a tener más calidad día a día. Ha jugado muy bien en la EBA la pasada campaña, con una media de 25 minutos en la posición de alero y siendo capaz en muchos partidos de defender a pequeños. Hay que tener tranquilidad y seguir por el mismo camino. Cuenta con muchos condicionantes positivos, pero ha de tener los pies en el suelo".

Insiste el técnico del equipo júnior en que "le queda lo más duro; no es un gran anotador, pero hace muchas cosas, rebotea, intimida, tiene un tiro difícil de defender y pasa bien. Poco a poco va mejorando el carácter, esa capacidad de sacrificio, pero le queda competir con gente profesional. Además, desde que vino a la residencia no da ningún problema, es un tío encantador, aunque tímido y eso a veces se confunde con frialdad o pasotismo, pero para nada. Este año se ha implicado mucho. Es de los chavales que te agrada entrenar, encontrar un chico con esas condiciones ilusiona. Una vez me dijo "coach, qué tengo que mejorar" y eso te dice lo bien que anda de la cabeza".

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