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Economía

Almunia reprocha a España que no haya hecho reformas de fondo

  • El ex comisario europeo afirma que el país no ha aprovechado la crisis para cambiar el modelo de crecimiento, que es el mismo que en el pasado

Hasta octubre de 2014, sus opiniones y recomendaciones tenían amplia repercusión en los medios, y, cuando eran polémicas, generaban un amplio debate nacional. Como comisario de Competencia y vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia siempre fue exigente con España. Ya retirado de la primera línea, aún lo sigue siendo, pero desde un ámbito más reflexivo, con "menos información y más libertad", como él mismo afirmó ayer en el Foro Económico 2015 del Observatorio Económico de Andalucía, titulado La consistencia de la recuperación.

Almunia, efectivamente, enfrió la euforia oficial y, admitiendo que España crece, advirtió de los riesgos: "más endeudamiento público y privado del que debíamos tener", "una altísima deuda externa", "el segundo déficit de la Eurozona y muy lejos de conseguir un superávit primario" y "dificultades para cumplir con el pacto de estabilidad y para corregir el déficit excesivo". "Este año el Gobierno tiene que dar explicaciones de cómo terminará 2015 y de cómo va a cumplir el objetivo de reducir el déficit al 3% en 2016", señaló, para rematar: "En este momento las piezas no encajan".

El ex comisario también se permitió dudar de la solidez del crecimiento español. Aseguró que está basado, esencialmente, en el impulso de la demanda interna, un modelo muy parecido al de la precrisis y que genera sobre todo un tipo de empleo inestable y precario. "Esto indica que los elementos estructurales han cambiado poco, y no se ha aprovechado la crisis para incidir en eso; se ha golpeado demasiado a los servicios públicos y no ese han hecho reformas de fondo, como la de la educación", aseguró. Almunia también echó de menos una "política más sostenible y más clara en materia de investigación e innovación".

Y terminó, en lo que respecta a España, con un aviso a navegantes. "La sociedad española tiene la percepción, a veces con razón, de que se le ha exigido demasiados sacrificios y cree que ahora tiene derecho a disfrutar de las maravillas de la salida de la crisis. Pero eso no es así. Quedan aún muchas tareas pendientes".

A nivel europeo, admitió que la Eurozona y la UE ya crecen pero eso no significa que exista una "reactivación clara" y no hay visos de que ésta se vaya a producir a corto plazo. El problema, afirmó, es que la inversión no ha recuperado los niveles previos a la crisis, "y así es muy difícil que se dé un crecimiento suficiente para absorber el empleo y avanzar hacia una mayor modernización". A pesar de la inmensa liquidez provocada por las políticas de estímulo del BCE, los inversores "no ven que haya un marco regulatorio en energía o en el entorno digital, no tienen incentivos suficientes para tomar riesgos". A eso se le añade un endeudamiento empresarial mayor que en EEUU, las dificultades para una unión fiscal efectiva entre los países y el "excesivo" superávit comercial de Alemania, cuyo ahorro no se transforma en demanda interna para estimular la inversión.

A nivel global, explicó que, al contrario que al inicio de la crisis, ahora son los emergentes los que pasan dificultades y alertó de un déficit de gobernanza global que puede llevar a una renacionalización de las políticas económicas.

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