La actriz y cantante sevillana María del Dulce Nombre Díaz Ruiz, más conocida como Marujita Díaz, falleció este lunes en una clínica madrileña a los 83 años de edad, a consecuencia del cáncer de colon que padecía, según informaron fuentes cercanas a la familia.
Marujita Díaz será incinerada este miércoles y sus restos mortales serán trasladados a Sevilla, donde descansarán junto a los de su hermana (fallecida el año pasado), por expreso deseo de la actriz.
Y es que María del Dulce Nombre Díaz Ruiz, que nació en Triana, en abril del 32, desde niña destacó en el baile, la canción y el teatro. Pasó por diferentes compañías, entre ellas La gitana blanca, con la que se presentó en Madrid, donde comenzó a trabajar en el cine Chueca, donde hacía entreactos y fines de fiesta. Un cine con un nombre que sería toda una premonición para ella, porque Marujita Díaz se convirtió también en un icono gay, una folclórica a imitar por su exagerado glamour a lo español, un personaje del papel cuché y de los platós de televisión.
Trabajó en el Circo Price y en la revista de vedette; después pasó a la gran pantalla, al cine, debutando con Imperio Argentina, y alcanzó toda la popularidad en los años 50 y 60 con éxitos como La pelusa, La corista, Dos angelitos negros, Y después del cuplé o La cumparsita. En total, participó en 37 producciones cinematográficas y fue uno de los rostros más valorados de la gran pantalla, en una carrera en la que trabajó a las órdenes de directorescomo Florián Rey, Luis César Amadori y José María Elorrieta.
Casada en 1958 con el que fue su primer marido, el actor y playboy Espartaco Santoni, la vida sentimental de Marujita Díaz fue muy convulsa, variada y ecléctica, ya que después de Espartaco, su otro gran amor fue el bailarín Antonio Gades, con quien se casó en 1964 y del que se separó un año después.
Pero la traca final para su corazón y para el alimento de grandes titulares, la protagonizó su unión con el cubano Dinio García, un joven que se trajo de Cuba en 1999, cuarenta años menor que ella, y con el que dio grandes momentazos en los platós y en las revistas.
Maruja Díaz formaba parte de la escudería de estrellas y folclóricas de esa España tardofranquista, que pasó de la tele en blanco y negro al color, como Sara Montiel o Carmen Sevilla, y tuvo problemas con Haciencia, como muchas otras folclóricas, la más grande Lola Flores.
Actriz, vedette, cómica, la cantante de la famosa Soldadito español y Banderita tenía una especial habilidad con los ojos, sus famosas chiribitas, sus movimientos de arriba a abajo, de izquierda a derecha con el iris y el aire de sus largas pestañas (postizas o no). En 1980 hizo su última película, La reina de la isla de las Perlas, de Víctor Barrera.
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