LA visten de seda para ganarse el apoyo de socialistas y poscomunistas, pero la declaración soberanista que proponen CiU y ERC para que el Parlamento catalán la apruebe el próximo miércoles es la misma mona de la secesión. Le han retirado la referencia al "Estado propio" que pretenden construir, pero su propósito descarado es el mismo: la independencia de Cataluña.

No nos dejemos enredar por esos juegos florales sobre el derecho a decidir... lo que ya tienen decidido, el referéndum pactado o sin pactar y otros mareos de perdiz. Acudamos, presurosos, a la auténtica fuente de autoridad en el lío catalán: el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras, ese sosia del ciego Durán que hace años mandaba en la ONCE y Telecinco.

Junqueras manda ahora tantísimo en Cataluña que ha conseguido imponerle al presidente electo de la Generalitat su hoja de ruta, enemistarle con su socio de toda la vida (Duran Lleida), codirigir una especie de gobierno en la sombra que controla cada paso que da el Gobierno oficial de Artur Mas y que le concedan un papel político y protocolario insólito en cualquier democracia: es a la vez firmante del pacto que da estabilidad al Govern y jefe de la oposición (ya ha anunciado que asistirá a las manifestaciones callejeras contra los recortes que él mismo apoyará con sus votos en el Parlament). Y sin ningún complejo de esquizofrenia, oigan.

Lo bueno de Oriol Junqueras es que no disimula. No sé si ha pensado mucho lo que dice, pero desde luego dice lo que piensa. Remito a su entrevista de ayer en El País, una entrevista sin circunloquios ni vaguedades, directa y de formulaciones concisas y contundentes. Resumen del pensamiento Junqueras: el pueblo de Cataluña tiene derecho a decidir su futuro porque es soberano; por encima de la voluntad del pueblo de Cataluña no hay nadie; negociar con el Estado español no sirve de nada; modificar la Constitución es imposible; la Constitución es utilizada sistemáticamente para evitar que Cataluña avance; negociar el referéndum con PSOE y PP no sirve de nada; si el Estado o el Constitucional frenan la consulta se hará igualmente: se colocan las urnas y se convoca a los ciudadanos a votar; [¿porcentaje de votos para que el resultado se válido?] La mitad más uno, y así todo.

Ésta es la hoja de ruta que marca el hombre que más manda en Cataluña hoy.