Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Tropas

ANA Rosa conectaba ayer con la elaboración del polvorón más grande del mundo. No hacía falta irse hasta Estepa. En Telecinco siempre hay grandes polovorones y torrijas. Y reparten jamones con Belén Esteban. Y ella reparte cortes de manga, tan educadita, la pixelada. El reparto de la TDT también ya está hecho. La gran comilona prenavideña se la ha dado Telecinco. Menudo polvorón tiene en lo alto Cebrián.

En la flamante nueva cadena de Berlusconi, Cuatro, estrenaban el domingo Vaya tropa, una extrapolación nacional del vasquísimo humor de Vaya semanita. Tuvo sus momentos el programa que presenta Arturo Valls, a quien precisamente le sobra tanta presencia en el plató. Los sketches se hilarían mejor por sí mismos, al estilo de siempre. Empalmados, con perdón. Pero como Vaya tropa tiene que durar casi una hora para extenderse con un par de bloques publicitarios, ahí me tienen a Valls sobreexponiéndose con unas presentaciones con escasa chispa y una cabra virtual, versión infográfica de Trancas y Barrancas. Detrás de Vaya tropa hay un buen equipo de guionistas y hubiera sido un pecado no haber encontrado algún golpe notable, con la vis cómica de Cristina Urgel. De lo mejorcito, la tuna a ritmo de reggaeton y el avance de los hipjoteros. La especialidad de la casa es darle la vuelta a las situaciones, como ese hijo estudioso que da un disgusto a sus padres cuando les anuncia que no quiere ser futbolista. Demasiado básico.

Vaya tropa será ese programa que irá desinflándose con las semanas, y es una pena. Si lo recortaran a treinta minutos funcionaría mejor. Pero si se enteran en Italia, les echan una bronca, porque todo lo que no sea estirable, no vale. En esa noche descansaba Padre Medina en Canal Sur. Sus tomas falsas creo que dan para un buen especial.

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