Sin rastro del euromillonario
Francisco Delgado Rodríguez se convierte en el pileño más buscado tras ganar 121 millones de euros en un sorteo · Abandonó ayer con su familia el municipio
Puertas cerradas. Ésa fue la imagen que se llevaron las televisiones que ayer acudieron a Pilas en busca de Francisco Delgado Rodríguez, el ganador del Euromillón al que la diosa Fortuna le ha otorgado 121 millones de euros, una cifra que ha cambiado en pocas horas la vida de este pileño y la de toda su familia que han abandonado el municipio tras cerrar la panadería que regentaban. Sobre el destino de estos vecinos nada se sabe. Ni siquiera si volverán. En Pilas ayer no se hablaba de otra cosa.
Los clientes de Juan Delgado, padre del euromillonario, tendrán que acostumbrarse a comer otro pan. Son las consecuencias de un aguacero de millones cuyas cifras asustan sólo con verlas: 121.019.633 euros, un número que traducido a las antiguas pesetas da mayor repeluco (20.000 millones). Todo comenzó la semana pasada cuando Francisco Delgado Rodríguez, un joven pileño de 36 años, entró con varios amigos en la administración de loterías 105 del centro comercial Nervión Plaza. Cada uno apostó por una combinación distinta para el sorteo del Euromillón del viernes. En la medianoche de ese día llamaron a la titular del negocio para informarle de que su administración había repartido el único boleto acertante con el segundo mayor premio que ha dejado el citado juego en España.
Pocas horas después el afortunado se llevaba la sorpresa. Fue en un establecimiento de su propio pueblo. Los comentarios sobre su reacción al saberse poseedor de tal cantidad de dinero son de lo más variopinto. Hay quien asegura que -conforme a su personalidad- mantuvo la calma y la tranquilidad, mientras que otros ratifican que llegó a desmayarse. Lo cierto es que pocos pileños conocían durante el fin de semana que un vecino suyo era el acertante de este jugoso premio. Los síntomas no tardaron en llegar. La familia del nuevo euromillonario intentó cerrar con la mayor cautela posible su negocio. El lunes amasaron el pan y lo repartieron. Fue el último que, por ahora, salió del establecimiento de la calle Murillo, un negocio que fundó -según recuerdan los lugareños- el bisabuelo de Francisco Delgado y que ha pasado de padres a hijos. No en vano, el agraciado trabajaba en esta pyme. El martes la panadería ya estaba cerrada. Los rumores se dispararon, aunque no se hicieron verdad hasta que ayer se confirmó que el acertante era pileño e hijo de panadero.
El tema de conversación en Pilas no podía ser otro que el euromillonario. Un joven soltero, que vivía con sus padres y que destaca por su discreción. "Los Delgado son gente muy campechana. Siempre han sido muy trabajadores", afirmaba una vecina que regenta una tienda en la calle Murillo, frente a la panadería en la que trabajaba el agraciado, cerrada a cal y canto y por donde transitaban ayer cámaras de televisión, curiosos y algún que otro supersticioso que rozaba la puerta por si "la fortuna se contagia".
El euromillonario de Pilas ha alterado el orden de interés en los corrillos del municipio. Los comicios del próximo domingo han bajado del pódium informativo. Poco o nada se hablaba ayer de la pugna por el bastón de alcalde que ostenta desde hace siete años José Leocadio Ortega, con el que el PP ha alcanzado su cuarto mandato en el Consistorio pileño. Ortega se encontraba ayer en Casa Máquina, un bar con todos los ingredientes precisos para alcanzar la honorable calificación de tasca de pueblo, entendiéndose como tal aquel negocio que se convierte en paso obligado de numerosos pileños cuando el reloj traspasa la hora del Ángelus. El alcalde de Pilas se apresuró ayer a buscar a Francisco Delgado en el facebook. Tuvo suerte. A primera hora de la mañana su fotografía -tan buscada ayer- aún estaba colgada en la red social. Al mediodía su perfil se había cerrado.
Algunos feligreses del bar detallaban la vida de esta familia marcada por la suerte. "Francisco no tiene estudios universitarios, pero siempre ha tenido inquietudes culturales -señalaba un concejal del Ayuntamiento- como su afición al cine. De hecho, entró en el puesto de lotería cuando iba a ver una película en Nervión Plaza. Su pasión le ha dado suerte". Alguno que otro se aventuraba a afirmar que toda la familia se encuentra ya en Madrid donde han sido recibidos por el Banco de España. "Les han puesto un Ferrari a su disposición", aseveraba un vecino desconfiado de las pretensiones informativas de los periodistas. Las famosas Carreritas de Pilas era una de las pasiones de este joven, perteneciente a una familia de cuatro hermanos (tres mujeres y un varón). Todos los años pujaba con los panaderos por el paso del Niño Jesús.
En la casa donde el afortunado vivía con su familia la puerta estaba cerrada y el balcón, sin macetas. "La madre las regaba todas las mañanas. Ayer [por el martes] vinieron por la noche y se fueron por la mañana bien temprano. No creo que regresen en mucho tiempo. Con lo mal que está la cosa le van a salir muchos parientes y amigos", comentaba su vecino más cercano. Ser millonario también tiene sus inconvenientes.
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