Sevilla

Unas fiestas sin extra

  • El comercio será el sector más afectado por la supresión de la paga de Navidad · Los funcionarios reducirán los gastos para hacer frente al pago de seguros e imprevistos que cubrían con esa nómina hasta 2011

"Ninguna como ésta". Así define Antonio Feria, un sevillano funcionario de la Agencia Tributaria Estatal, la Navidad que vivirá con su familia, marcada por la supresión de la paga extra de este mes tras el decreto del Gobierno. La reducción al mínimo en los gastos propios de estas fiestas para hacer frente con la nómina ordinaria al pago de seguros y otros imprevistos es la decisión generalizada de los seis empleados públicos con los que se ha puesto en contacto este periódico, una decisión que hará mella, sin duda, en el comercio, donde las empresas encargadas de la contratación temporal ya han alertado de las escasas oportunidades para encontrar trabajo que se generarán en estas fechas. Consecuencias de una Navidad sin extra.

Mientras que las luces adornan ya la mayoría de los municipios sevillanos y los establecimientos exhiben la decoración propia de la presente campaña comercial, numerosas familias van ajustando cuentas para pasar unas fiestas en las que no falte lo "esencial" pero sin menoscabar a los diezmados bolsillos. Esta economía de guerra se impone principalmente en las carteras de los empleados públicos, a los que el Ejecutivo de Rajoy, dentro de su política de reducción del déficit, decidió eliminar la paga de Navidad.

Trabajadores como Antonio Feria llevan desde entonces haciendo cábalas para afrontar la supresión. Aunque a primera vista pueda suponer sólo la pérdida de una extra, lo cierto es que esta decisión gubernamental acarrea graves consecuencias si se analiza el contexto familiar de muchos funcionarios. Es el caso de este sevillano de 47 años, casado y con dos hijos de 20 y 19 años. Feria es empleado de la Agencia Tributaria (AEAT) desde 1988, puesto al que accedió tras aprobar dos oposiciones. En su caso la paga extra suponían 1.500 euros netos que, sumados a los que percibía su mujer (enfermera del SAS a la que también se la retiran), alcanzaba una inyección económica en la familia de 3.200 euros.

La Navidad de este año, sin embargo, tendrá que afrontarla con menos de la mitad, 1.300 euros, ya que "la paga normal de diciembre se verá mermada por haber asistido a la huelga del 14-N, entre otros factores". La extras de esta época la destinaban, además de a los gastos propios de la fecha, al pago de distintos seguros (de vida, coche y hogar), a la matrícula de la universidad de uno de los hijos, a las rebajas de enero "y si sobraba algo, para el ahorro". Ahora, sin embargo, sus planes son distintos: "Intentaré afrontar la Navidad con el mismo espíritu de otros años, aunque está claro que desde el punto de vista económico me veré muy limitado". Para ello -y dentro de esta economía de guerra- ha adelantado la compra de algunos productos alimenticios en noviembre para esquivar la "típica" subida de precios de este mes y no concentrar todo el desembolso en la paga ordinaria de diciembre.

El uso de la extra como fondo de ahorro para posibles imprevistos era algo común en los funcionarios, como ocurría con Santiago Raposo, policía local del Ayuntamiento de Sevilla que entró en el cuerpo en 1999. Casado y con tres hijos (uno con ocho años y otros dos mellizos de cuatro) este sevillano se dispone a pasar las próximas fiestas con 1.800 euros, una cifra que se verá incrementada tras el anuncio del Consistorio hispalense de abonarle a cada agente unos 560 euros por el incremento de sus servicios y las horas extras que se debían. "Era un dinero que nos adeudaban porque desde Zapatero nos han ido menguando la nómina. No se trata de la paga de Navidad, que rondaba los 1.700 euros, pero está claro que es un pellizco inesperado y que solventará en cierto modo la economía familiar para estas fechas", explica este agente local.

Los meses que han transcurrido desde que se anunció la eliminación de la extra han servido para que la familia de Raposo se conciencie de cómo afrontar las fiestas que se avecinan: "Las pasaremos aprentándonos el cinturón. Este año hemos reducido las comidas y respecto a los regalos de Reyes, a los niños les hemos dicho que sólo pueden pedir un juguete. Hemos decidido, también, no regalarles nada a hermanos y padres, con los cuales siempre solíamos tener un detalle".

Serán menos, por tanto, los regalos que aparezcan junto al árbol de Navidad en la mañana del 6 de enero (o en la del 25 de diciembre para aquéllos que se decanten por la tradición anglosajona). Esta disminución de la capacidad de gasto se traduce en una reducción de las ventas en los comercios, una previsión de la que alerta el sector y que se ve reflejada en la contratación temporal de la época. En este sentido, Adecco, una de las empresas especializadas en este tipo de trabajo, ya informó a mediados del pasado mes que con esta coyuntura el empleo que se generará en la campaña navideña se mantendrá en niveles similares que años anteriores. Según datos de esta empresa, entre noviembre y enero se contratarán a 6.000 personas en la provincia de Sevilla, casi idéntico número al mismo periodo de 2011. Estas cifras apenas contribuirán a mejorar los datos del paro, cuando en años previos a la crisis el crecimiento de las contrataciones en esta época llegaba hasta el 60%.

Al perder poder adquisitivo los funcionarios, uno de los pocos colectivos con un empleo fijo y, por tanto, uno de los consumidores con mayor potencial, los dueños de las grandes cadenas han decidido reducir el nivel de contratación de la presente campaña ante la previsión de que las ventas sean más nefastas que en ediciones anteriores. Una merma que no sólo afectará a la Navidad, sino que también perjudicará a las rebajas de enero.

Frente a la imposibilidad de realizar grandes gastos, hay funcionarios como Antonio García -con ocho años de pertenencia al cuerpo de tramitación procesal y administrativa de los Juzgados de Sevilla- que han optado por cambiar los típicos regalos por "detalles insignificantes pero llenos de cariño, que es lo mejor que se puede entregar en estas fechas". Este empleado público no tiene cargas familiares, pero los 1.200 euros que recibía como paga extra le servían para "ponerse al día y para hacer aquellas cosas que con la mensualidad normal resultan muy gravosas, como pagar el seguro y las revisiones del coche, las averías en casa e, incluso, ahorrar. Y también, como es costumbre, para comprar regalos para amigos y familiares".

La Navidad de este año será para García "la más pobre" desde que está trabajando. En similares circunstancias se encuentra José María Fernández, profesor del Instituto Isbilya, quien emplea el término "economía de guerra" para referirse al estado desde el que afrontará las próximas fechas. "Esta situación provocará la supresión de toda compra que pudiéramos llamar superflua porque no sabemos cuándo vamos a necesitar lo poco de lo que disponemos". Este profesor percibía unos 1.700 euros llegadas estas fechas, ingreso que "solía venir muy bien para sofocar agobios en hipotecas y alquileres al dar clases en un centro alejado del lugar de residencia". Fernández ya pasó por esta experiencia cursos anteriores, en los que se veía obligado a reservar parte de su nómina a sufragar el arrendamiento. Ahora, sin embargo, utiliza el coche todos los días para desplazarse desde La Rinconada a la ciudad hispalense. "Pensaba destinar la extra navideña para ahorrar en la compra de un nuevo vehículo, puesto que del que dispongo ahora ya acusa la gran cantidad de kilómetros que he realizado los últimos años trabajando en centros de distintas provincias andaluzas", añade este profesor, quien por ahora se tendrá que conformar con su viejo coche.

El ámbito docente es uno de los más perjudicados por los continuos recortes salariales. María del Carmen Yáñez-Barnuevo es asesora de formación permanente del profesorado. Tiene a su cargo cuatro hijos con edades comprendidas entre los 21 y 11 años. Este año ya ha anunciado en su hogar que no habrá regalos. Asegura que aunque en otros momentos la situación económica ha sido "estrecha", no lo han pasado "tan mal" como se prevé para las próximas fiestas. También aclara que la extra eliminada "no era un regalo o premio del que gozáramos al margen de nuestro salario, ya que se cobra de forma irregular, al ser las cantidades similares diez meses y sólo en dos es más elevada".

Junto a los servicios educativos, los sanitarios también han sido víctimas de la austeridad económica aplicada por el Gobierno. La paga extra privará a muchas familias que trabajan en este ámbito de disfrutar una Navidad como venían haciendo hasta ahora. Uno de los múltiples afectados es Pedro Carrillo, enfermero de 53 años con tres décadas de trabajo en el SAS. Tiene dos hijos de 22 y 24 años. Ninguno de ellos ha logrado un empleo todavía. El mayor emigró a Polonia hace tres meses tras pasar un año allí con una beca Erasmus. Al no encontrar trabajo volerá a casa antes de Nochebuena. Su hija pequeña sigue estudiando.

Toda la economía familiar se verá afectada por la pérdida de 1.700 euros después de eliminarse la extra, un dinero que permitía "estirar" los gastos y hacer frente a imprevistos, impuestos y los seguros de dos coches. Al hilo de lo expuesto anteriormente, Carrillo considera que las medidas políticas que se están aplicando "nunca van a conseguir sacarnos de este embrollo". "La disminución del poder adquisitivo de los trabajadores sólo contribuye a reducir el consumo y esto es especialmente grave en un país que vive del sector servicios. Para ahorrar gasto en la administración no hay que menguar el sueldo de los funcionarios, que es lo más fácil. Habría que eliminar duplicidades, puestos de confianza y encaminar los esfuerzos hacia el interés del ciudadano y no a la mejora de los partidos".

No sólo los empleados públicos se verán sin extra en estas fiestas. Los trabajadores de diversos sectores públicos también acuciarán esta merma, ya sea por acuerdo de la administración a la que pertenecen o por decisión propia. Así ha sucedido en varios ayuntamientos sevillanos donde los concejales han decidido prescindir o donar la paga navideña. Un ejemplo es el de San Juan de Aznalfarache, donde los cinco ediles con dedicación exclusiva destinarán este dinero a sufragar la cabalgata de Reyes Magos de la localidad. Fernando Pozo, delegado de Urbanismo y gobierno interior del municipio aljarafeño, declara que "decidimos no renunciar a esta paga -como han hecho en otros consistorios por solidaridad con los funcionarios- por nuestra disconformidad con las directrices del Ejecutivo popular. Personalmente, no creo que con esta medida se vayan a crear puestos de trabajo, todo lo contrario. Por este motivo, decidimos cobrarla, aunque la destinaremos a la cabalgata, cuya organización supondrá de esta forma un menor gasto para las arcas municipales".

En su caso particular, este acuerdo supone renunciar a 1.600 euros en una familia con dos hijos pequeños y una cónyuge que al ser empleada pública también le han quitado la extra de estas fechas. "Será la Navidad más austera que recuerdo, pero siempre hay que tener presentes que existen personas que lo están pasando bastante peor y que no cuentan con un sueldo mínimo a final de mes".

Entre los que han prescindido de la extra navideña se encuentran un buen número de sacerdotes que han atendido la petición del arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, que este otoño pidió a los presbíteros que donaran la paga a Cáritas de forma voluntaria. Marcelino Manzano, párroco de Lora del Río y vicario general de la zona norte del arzobispado, es uno de los sacerdotes que han secundado la petición del prelado. Manzano cobra al mes 690 euros por sus servicios eclesiásticos. En Navidad recibe, además, una paga de 544 euros. Este año dicha cantidad la destinará a Cáritas Diocesana. Lo hace por tres razones: "Primero, por conocimiento propio, al ver que cada día son más las personas que se acercan a la parroquia a pedir comida; luego por sentido eclesial, ya que si el arzobispo, que es mi pastor, me ha pedido un gesto, he de tomármelo muy en serio; el tercer motivo para la donación es el convencimiento del acto, con el que estoy totalmente de acuerdo".

Una donación, por otra parte, que no está exenta de sacrificios. "Nuestro sueldo es muy escaso, entre otros motivos, porque debemos llevar una vida austera. No tenemos hijos ni pareja, pero aun así contribuimos con familiares que estén en paro u otra circunstancia adversa y requieran de nuestra ayuda económica", detalla el párroco de Lora.

Estos "gestos", sin embargo, no acaban de convencer a la totalidad de los funcionarios. Uno de los que se muestran disconformes es Antonio Feria, empleado de la Agencia Tributaria, quien pide "coherencia y seriedad" a los dirigentes. "No es lógico que ahora haya comunidades, ayuntamientos y diputaciones que quieran esquivar la ley para abonar la extra a sus empleados. Tampoco me parece serio que los concejales rechacen cobrar la extra y entregarla a una ONG. Si ese dinero sale de los presupuestos públicos deben perder esta paga, porque, si la donan, que nadie se olvide que esta operación supone una deducción en el IRPF".

Las previsiones para los próximos años tampoco son nada halagüeñas por parte de estos trabajadores. Antonio Feria teme que "no sea la última Navidad" sin extra, un pensamiento que también comparte la maestra Carmen Yáñez-Barnuevo, quien afirma desde ya que "en 2013 también se quedarán con parte de nuestros salarios de junio y diciembre". Pero siempre habrá con quien compararse para sentise, como mínimo, "satisfecho" con lo que se tiene, aunque sea menos. Así lo piensa el policía local Santiago Reposo: "Me considero afortunado porque al menos sé que tengo un empleo y voy a cobrar mi nómina. Ha de ser muy frustrante ir a trabajar sabiendo que no vas a cobrar y si encima eres padre decirle a tus hijos que este año los Reyes Magos no pasarán por casa". O buscar distracciones sin coste como las del enfermero Pedro Carrillo: "Pasear por el centro de Sevilla iluminado estos días es, por ahora, gratis".

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