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los invisibles

"Los animales son siempre del sindicato vertical"

  • Antonio Sotillo. Creció entre aficionados a los toros, en la Camas de Curro y Camino, iba para biólogo, pero se decantó por los animales de compañía que atiende como veterinario

EN lo que fue cuarto de servidumbre de una familia que fabricaba guantes y sombreros, perros y gatos son tratados como reyes. Antonio Sotillo (Camas, 1960) es desde hace treinta años veterinario de la Alameda.

-¿Por vocación?

-Yo iba para Biología. Siempre fui bichero. Con los amigos en Camas nos gustaba salir al campo, cogíamos salamanquesas, lagartijas, las metíamos en una bolsa, las eviscerábamos y después les cosíamos las tripas.

-¿Qué fue del biólogo?

-En junio me examinaba de la Selectividad y en mayo mi amigo Pedro, hoy veterinario de Camas, me dijo que no hiciera tonterías.

-Eso suponía ir fuera de Sevilla.

-Hice la carrera en Córdoba. Había cuatro Facultades en España. Córdoba, León, Zaragoza y Madrid. Hoy hay diecisiete.

-¿Cuándo llega a la Alameda?

-En la carrera, empecé a hacer prácticas en 1983 en un consultorio veterinario de la calle Peral. Allí empecé con pequeños animales. Con los nuevos animales de compañía: hurones, tortugas. Llegó una chica con una araña metida en una urna de cristal. Decía que estaba anoréxica, que no comía. Un cliente pintor me trajo una serpiente pitón porque no ponía huevos. Le tuve que hacer la radiografía por partes. Hay mucha incongruencia, por no hablar del tráfico de animales.

-¿Le constan los beneficios de las terapias con animales para niños con autismo o personas con párkinson?

-Hay avances espectaculares. La ONCE ha sido precursora en esas terapias. El contacto con el perro de la persona que tiene disminuida cierta sensibilidad o reflejos pone en funcionamiento ciertas hormonas y feromonas. En autistas, en niños con cáncer, el perro empieza a mover la cola y consiguen sacarle al niño la sonrisa.

-Dicen que los perros no riñen, no piden, no ordenan...

-El perro se asocia al hombre desde que éste ve que darle de comer no es peligroso y que además le puede hacer compañía. Se establecen unas relaciones más allá de la caza, de la lucha.

-¿Hay menos gatos en Sevilla?

-Estamos en un barrio donde el gato es el protagonista. En las obras de la Casa de las Sirenas salieron 450 gatos. No se sabe qué eran más grandes, los gatos o las ratas, que compartían la comida. Todas las rehabilitaciones de casas en el Casco Antiguo han sido focos de gatos, de cientos de gatos asilvestrados. La proporción de servicios es de sesenta-cuarenta; por sesenta perros, cuarenta gatos. El gato es un animal muy especial y su cliente también.

-El perro y la bicicleta son los nuevos iconos de la Alameda.

-Perros, bicicletas y perroflautas. La Alameda se ha convertido en un foro interactivo.

-¿Qué había en esta clínica?

-Era el cuarto de servidumbre de los dueños de la fábrica de guantes y sombreros Gely que estaba en Lumineón. Vivían en la casa-palacio, esto era el cuarto de plancha. Vi el cartel, lo iba a comprar el Obrador Osuna para almacén de pasteles. Abrimos el 5 de octubre de 1992, una semana antes de la clausura de la Expo.

-¿Cómo la vivió?

-A tope. Me ofrecían cien mil pesetas semanales por alquilarme la casa para jefazos y ministros. Dijeron que en la Alameda iban a hacer cosas que nunca hicieron.

-¿Trabajó con caballos?

-Muy poco. Por crianza, mi mundo era el taurino. Mi padre tenía un bar en Camas, la Taberna del Nueve, entre las peñas de Curro Romero y Paco Camino.

-¿Ha tocado otros palos?

-Trabajé en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas y en el parque del Alamillo.

-¿Atendió al lince ibérico?

-Estaba focalizado en Doñana. Aquí tratábamos a un águila perdicera que se lesionó con un tendido eléctrico, a un águila ratonera que se fracturó una pata, a cernícalos primilla. Hasta a una gaviota con una pata rota.

-¿Y en el Alamillo?

-Lo más llamativo, un caso de envenenamiento de perros, media docena de ellos llegaron aquí con convulsiones, por un error en el servicio técnico de Fumigación.

-¿Es normal tanta variedad de razas caninas?

-En selecciones sanguíneas exageran las características de una raza, el fenotipo, y lo hacen compatible con ciertas patologías.

-¿En el fondo no son tan diferentes a nosotros?

-Lo que son diferentes son los hábitats. Desde el punto de vista sanitario, no son tan diferentes. La Etología, la ciencia del comportamiento animal, nos enseña que los trastornos del comportamiento animal vienen de la integración del animal en la vida y más que en la vida de las personas. A veces complican la vida de la persona, de la pareja, llegan a hipotecar entradas, salidas, vacaciones, porque el animal de compañía se posiciona. Los animales son siempre del sindicato vertical. No son democráticos. Hay quien les pide permiso para sentarse en el sofá o comer en familia. En parejas que no tienen hijos o los tienen tarde se producen casos de paranoia. Un perro siempre será un perro, no un niño.

-¿Daría para una novela?

-Para varios libros. Empecé con un frigorífico y un fonendo y ahora hay quirófano, radiografías digitales, hematología láser.

-¿Sigue en auge el abandono de animales?

-El abandono, la reproducción, el no asesoramiento. Estoy por poner un gabinete de asesoramiento. No puedes meter a un galgo en un loft de 40 metros o a un yorkshire o un chihuahua a vigilar un cortijo. Un hombre se vino haciendo footing con un rottweiler desde San Juan al Alamillo y en la Barqueta le reventó el corazón al perro, que murió en la clínica de un golpe de calor.

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