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Sevilla

El Ayuntamiento expulsa del albergue al usuario que grabó el vídeo del fallecido

  • El centro alega que la sanción figura entre las normas y que se vulneró la intimidad de usuarios y trabajadores. El denunciante dice que sólo quería luchar contra las "injusticias".

El Ayuntamiento de Sevilla, del que depende el albergue municipal ubicado en la calle Perafán de Ribera, decidió este jueves expulsar del centro a A. M., el usuario que grabó el vídeo que recoge la muerte de un joven polaco con evidentes síntomas de desnutrición y que pesaba apenas 30 kilos.

Se trata de la única decisión que ha adoptado el Consistorio que preside Juan Ignacio Zoido después de que se produjera la muerte de Pietr Piskozub, el pasado miércoles, mientras aguardaba la cola para el almuerzo. Fuentes municipales defendieron este jueves la actuación desarrollada en este caso y la asistencia prestada a la víctima -que tenía sólo 23 años- y aseguraron que se ha actuado "como siempre" y desde el primer momento.

El Ayuntamiento justificó la expulsión de A. M. en que las normas de funcionamiento del albergue, que según afirman están en vigor desde hace muchos años, sancionan las conductas que vulneren el derecho a la intimidad de los usuarios y trabajadores. En el centro, recuerdan las fuentes consultadas, hay casos "muy delicados", de personas con problemas sociales de diversa índole, por lo que estiman que el usuario que grabó el vídeo, que residía en el centro desde agosto pasado, ha vulnerado "gravemente" el derecho a la intimidad de los demás usuarios y de los propios trabajadores.

Frente a la versión municipal, el usuario que grabó el vídeo, que prefiere identificarse por sus iniciales, A. M., explicó este jueves que le han expulsado por grabar el vídeo, impidiéndole permanecer en el centro hasta el día 10 -cuando estaba prevista su marcha-, y aseguró que incluso tuvo que marcharse apresuradamente del albergue municipal porque "han puesto a la gente en contra suya". El denunciante dijo que otra persona le advirtió para que se fuera porque "querían pegarle" otros usuarios, cuando él asegura que lo único que pretendía con la difusión del vídeo era "mejorar las condiciones de vida de estas personas albergadas en el centro", porque él no puede "ver una injusticia" y lo ha hecho "por el bien" de las otras personas acogidas.

A. M. se preguntó "cuánto cuesta la vida de un indigente", una pregunta que lanzó a "esta sociedad, a esta ciudad, a sus conciudadanos y a sus representantes políticos". El usuario recordó que hasta el día de ayer estaba alojado en el albergue municipal, un centro que "se cataloga más de beneficencia", pero que le gustaría que en el mismo se "respetara a los usuarios" y se les diera una "alimentación adecuada". Según A. M., en el albergue, la dieta no está "preparada" para la variedad de personas que pasan cada día por el centro, a muchas de las cuales se les ofrecen alimentos difíciles de digerir, y pone como ejemplo que se les den manzanas de postre a personas "con problemas de dentadura" debido a sus adicciones a distintas sustancias. Además, según el denunciante, en el albergue "se pasa hambre" entre la hora del almuerzo y la cena, porque no se ofrece ninguna merienda entre las dos y las nueve de la noche, denunció.

No todos los usuarios tienen quejas sobre el centro. Una pareja que está acogida en el albergue se acercó este jueves hasta este periódico para defender el trato "correcto y amable" que les dispensan los trabajadores del centro. Estas personas, que fueron testigos de lo que ocurrió a la hora del almuerzo del pasado miércoles, defendieron en especial la actuación de la trabajadora que va pidiendo a los otros usuarios que pasen al comedor mientras el cadáver de Pietr Piskozub yace tendido en el sofá. Según estos testigos, cuando la empleada va pidiendo a la veintena de personas que pasen al comedor y les dice que "no hay que dar números" se está refiriendo a las normas del albergue, que señalan que hay que facilitar el número de la habitación en la que se está alojado antes de acceder al salón comedor. Según estos testimonios, la labor que desarrollan los trabajadores presenta muchas "dificultades", porque hay algunas personas que incluso llegan con síntomas de estar bajo los efectos del alcohol.

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, lamentó este jueves er el fallecimiento del joven de nacionalidad polaca, que estaba "totalmente desnutrido y deshidratado". El alcalde, que lamentó "muchísimo" lo ocurrido, recordó que este joven ingresó en el albergue municipal sobre las dos de la madrugada del pasado miércoles, tras haber recibido el alta en el Virgen del Rocío.

La concejal delegada de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación, Dolores de Pablo-Blanco, apuntó que se trata de un "desgraciado caso extremo" y con un "juicio clínico de problemática social". En el albergue, según explicó la delegada, se le intentó "dar comida, porque no había comido ni bebido nada", facilitándole una papilla de leche y galletas.

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