A las nueve de la mañana David Carmona comienza su jornada laboral en el número 4 de la Plaza del Pelícano. Tiene una empresa, pero no trabaja en su oficina, sino en el coworking La Bañera. Para este diseñador gráfico trabajar desde casa es un "suplicio", ya que las horas laborales se diluyen con las de la vida personal. Este centro es el punto medio entre que su dormitorio y su despacho estén bajo el mismo techo y los gastos que comportan el alquiler de un local.

En La Bañera se respira un buen ambiente. Carmona bromea con Julia Espinosa. "¡Mejor no enseño el vídeo ese del último día que salimos!", le dice. Aunque cada uno se dedica a ámbitos totalmente diferentes, trabajan bajo el mismo techo. Espinosa es investigadora social y apunta que los coworking tienen lo mejor de las empresas sin lo peor de ellas: "En el mismo espacio cada uno se dedica a sus labores, pero no se dan los roces propios que surgen entre los compañeros".

La complicidad que se genera en el local cuyas paredes de colores cálidos le dan un aire acogedor también es uno de los puntos destacables para su promotora, Michela Ghislanzoni. La arquitecta cuenta que hace dos años su pareja y ella, que trabajan juntos, estaban buscando una oficina y se enamoraron de ese corralón de la Plaza del Pelícano. "Nos encantó y, como era demasiado grande, decidimos alquilarlo y formar un centro de trabajo", explica la italiana y añade que entonces todavía desconocían qué era un coworking.

El actual gobierno socialista sí que parece ser consciente de las ventajas de los espacios de trabajo compartido. Fuentes del Ayuntamiento de Sevilla anunciaron que próximamente el gobierno municipal rehabilitará 45 locales que se sacarán a concurso con el objetivo de crear empleo. Entre los proyectos seleccionados puede que figure la iniciativa de algunos emprendedores que quieran poner en marcha un coworking.

El fomento de este espacio innovador fue una de las promesas del primer edil, Juan Espadas, durante la campaña electoral. El entonces candidato a la Alcaldía presentó en mayo un vídeo promocional donde explicaba su apuesta. El spot fue rodado en gran parte en http://workincompany.com/workincompany.com/

Los promotores de este espacio situado en la calle Rioja, Alberto Pérez y Jaime Aranda, organizan entre ocho y veinte eventos al mes en su coworking. "Uno de éstos puede ser desde un curso de programación a un encuentro de aficionados a la comida japonesa", explica Aranda y subraya que con ellos los profesionales amplían su red de contactos.

El negocio de estos dos arquitectos, en el que también colaboran la Cámara de Comercio de Sevilla y EUSA, no sólo ofrece una oficina compartida, sino también "oportunidades", según cuentan los dos socios. Si el de La Bañera es frecuentado, sobre todo, por autónomos o empresarios con proyectos asentados, al centro cuyos murales en las paredes recuerdan a una oficina de Google recurren emprendedores. "Además, un 40% de nuestros coworkers son extranjeros", comenta Pérez.

Aranda destaca que cada vez más freelance apuestan por los coworking porque en ellos encuentran más trabajo: "No tenemos un espacio inmobiliario, sino una aceleradora profesional". La colaboración entre los inquilinos laborales también es subrayada por Santiago Barber, un miembro del grupo que gestiona la cooperativa Tramallol. En esta nave del barrio de San Julián coinciden desde artesanos o traductores hasta cocineros que preparan pasta casera.

Barber apunta que en Tramallol no sólo se ciñen al ámbito profesional. Este espacio es un hervidero de movilizaciones, jornadas y reuniones en las que se fomenta el pensamiento crítico. "Hay gente que no suele trabajar aquí, pero que vienen para organizar actividades que se alejan de lo económico", comenta.

En este centro de trabajo compartido se fomenta la economía colaborativa. Tener una oficina en el número 22 del Pasaje Mallol requiere un sobresfuerzo por parte de los que utilizan este espacio. Los trabajadores se reparten incluso las tareas de limpieza.

Aunque en la cooperativa se apuesta por la autogestión, Barber aclara que podrían llevarse a cabo más y mejores proyectos si contaran con apoyo institucional. "Hasta el momento ningún político se ha puesto en conctacto con nosotros", asegura.

Por su parte, fuentes municipales indican que aunque todavía es pronto para anunciar acuerdos con los coworking, el gobierno local ya está trabajando en ello.

Sevilla, un destino atractivo para los "nómadas digitales"

A los espacios coworking de Sevilla acuden frecuentemente personas extranjeras, cuyo trabajo les permite dar la vuelta al mundo. Los promotores de WorkINcompany señalan que el 40% de los inquilinos laborales no son de España. La gestora de La Bañera destaca que en este espacio hay coworkers ingleses, italianos y holandeses La página web Nomad List recoge los mejores lugares para trabajar de forma remota e incluye en su directorio a la ciudad hispalense. Los "nómadas digitales" que participan en este portal pueden aportar información sobre los precios, lugares donde alojarse o trabajar, y valorar diferentes aspectos de la ciudad. Según los resultados, Sevilla destaca por su buena conexión de internet y por su seguridad, pero suspenden en los idiomas. Los usuarios señalan que los sevillanos "hablan inglés muy mal".