DECÃAMOS hace unas lunas, no muchas, que el rÃo en la bajamar se ponÃa muy parecido a San Mamés en tarde de manguerazo. Me referÃa al rÃo vivo, no al que discurre bajo el puente de Triana, que ese no sabe de mareas. Un propietario de barco que amarra en Gelves me explicaba que cuando baja la marea se dificulta la navegación por muy poco calado que tenga la embarcación y mire usted por dónde hace un par de dÃas encalló una. Fue junto al puente de hierro, el que unÃa San Juan con la ciudad y me imagino la sorpresa de la pareja que dormitaba en el barco cuando lo vio varado. No sé las causas, pero me imagino que mucho tendrÃa que ver, distracciones o impericia aparte, con el calado del Guadalquivir. Calado cada dÃa menor y que no se corrige por culpa de una de esas confrontaciones que emponzoñan el dÃa a dÃa, la de ecologistas y arroceros con los que pretenden rentabilizar el rÃo.
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