El Palquillo

Los esplendores, 25 años de la gran exposición cofradiera

  • Un millón de personas visitaron la muestra en sus tres sedes: 'Los Tesoros', en la Caja San Fernando; 'Las Glorias', en San Juan de Dios; y 'La Pasión', en el Salvador

Un acontecimiento único e irrepetible. El año 1992 trajo a Sevilla, además de todos los fastos de la Expo, la mayor y mejor exposición que se haya organizado sobre sus hermandades. Las cofradías tenían que estar presentes de algún modo en la amplia programación que se desarrollaba por la Expo y, tratándose de la conmemoración del V centenario de la evangelización de América, su participación no podía quedarse en algo meramente anecdótico o testimonial. La idea de celebrar una gran exposición, en la que las cofradías se mostraran a los miles de visitantes que visitarían la ciudad, partió del presidente del Consejo, Luis Rodríguez-Caso. Él puso los mimbres para que propios y extraños pudieran disfrutar de un mes de la magna exposición Los esplendores de Sevilla.

Luis Rodríguez-Caso, un cofrade de gran personalidad, puso en manos de Luis Becerra, director de la Obra Cultural de la Caja San Fernando, la materialización de esta gran exposición cofradiera: "Un par de años antes de la Expo, ya flotaba en el aire una pregunta clave: ¿cuál sería la participación de las hermandades en todo aquello?". Luis Rodríguez-Caso convocó un pleno de hermanos mayores para exponerles su idea y todos se adhirieron. Con esa idea viene a verme y me pide que la Caja lo patrocine".

La sede de la Caja San Fernando fue la que acogió el mayor número de enseres

Luis Becerra se puso a trabajar y concibió una exposición dividida en tres partes bien diferenciadas y en tres espacios. Cada una con un contenido singular. La sede de la Caja San Fernando, en la Plaza de San Francisco, acogió Los Tesoros. Fue donde más piezas se expusieron: las tres carretas de plata de las hermandades del Rocío, en el apeadero, veinte conjuntos de mantos y palios, en el patio central; tres custodias de asiento; o 60 coronas, diez de ellas de oro, entre otros muchos enseres.

Las otras dos sedes fueron la iglesia de San Juan de Dios y la Parroquia del Divino Salvador, ambas en la Plaza del Salvador. La primera fue dedicada a Las Glorias. Hasta allí se trasladaron algunas de las imágenes más importantes, como la Virgen del Amparo, la Reina de Todos los Santos, la Salud de San Isidoro, Madre de Dios del Rosario, la Alegría de San Bartolomé, la Virgen de La Luz de San Esteban, la Divina Enfermera, la Divina Pastora de Santa Marina y la Virgen de los Reyes de los Sastres de San Ildefonso.

La Parroquia del Salvador fue el lugar elegido para exponer los pasos de las hermandades de penitencia, además de algunos enseres. En La Pasión se pudieron ver, además del Señor de Pasión y el Cristo del Amor; los pasos de misterio de la Exaltación y la Presentación al Pueblo de San Benito; y los palios de la Virgen de la Victoria y del Dulce Nombre. "Yo decidía lo que queríamos llevar y Luis Rodríguez-Caso hacía las peticiones. El gran éxito fue que las hermandades se dieron cuenta de la gran importancia de la exposición y aceptaron siempre. No pusieron reparo alguno", explica Becerra.

La muestra fue inaugurada con todo el boato el 25 de junio por el arzobispo, monseñor Amigo Vallejo; el alcalde Alejandro Rojas-Marcos, y el presidente del Consejo, Luis Rodríguez-Caso, entre otras personalidades. "Rojas-Marcos dijo con acierto que en esa exposición Sevilla se exponía a sí misma". Los pasos tenían que trasladarse al Salvador el domingo 21 de junio por la mañana, pero un inoportuno aguacero deparó que sólo pudieran hacerlo los dos misterios. Los palios del Dulce Nombre y la Victoria fueron llevados el martes 23 por la tarde y con música, no estando esto previsto inicialmente. La ciudad vivió en estos días, y el 25 de julio tras la clausura, una pequeña Semana Santa en pleno verano.

Los Reyes aceptaron la presidencia de honor del evento y visitaron la exposición el lunes 7 de julio junto al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves; el alcalde, Alejandro Rojas Marcos; el arzobispo, monseñor Amigo Vallejo; el presidente del Consejo, Luis Rodríguez-Caso, y el comisario, Luis Becerra, quien ejerció de guía para los monarcas: "Doña Sofía se interesaba por todo. A don Juan Carlos le dije que la Virgen de la Victoria era la preferida de su abuelo, que la había presidido en alguna ocasión. Entonces volvió a dar permiso para que hicieran el pendón de Castilla". La Reina también preguntó efusivamente por los bordados: "Me preguntó cuántos mantos tenía cada Virgen y le gustó mucho el de la Virgen del Dulce Nombre. Le expliqué que era de estilo regionalista y que con ese palio y manto se había iniciado un estilo que tuvo mucha influencia en la Semana Santa de toda Andalucía".

La exposición Los Esplendores de Sevilla fue un rotundo éxito. Se calcula que un millón de personas pasaron por sus tres sedes durante el mes que estuvo abierta. "El primer día ya tuvieron que poner un puesto de emergencia de la Cruz Roja en la puerta de la Caja San Fernando porque la gente esperaba al sol". Luis Becerra, 25 años después, considera que aquella exposición es irrepetible: "Haría falta alguien con la personalidad de Rodríguez-Caso, una caja de ahorros que se hiciera cargo de la financiación y que el galerista de la caja fuera también cofrade. Nunca jamás se podrá hacer algo igual".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios