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El siglo de las luces (y las sombras)

  • Agravio. Rafael Raya Rasero hace un estudio comparativo entre los dos centenarios de Cervantes, el de 1916, salpicado por la Guerra Mundial, y el de 2016, por la crisis y la abulia

De izquierda a derecha, María José Cabrera, Manuel Ríos, Rogelio Reyes, Rafael Raya Rasero, Carmen Castreño, José María Cabeza y Gerardo P. Calero.

De izquierda a derecha, María José Cabrera, Manuel Ríos, Rogelio Reyes, Rafael Raya Rasero, Carmen Castreño, José María Cabeza y Gerardo P. Calero. / Belén Vargas

EL Gobierno suspendió a causa de la Primera Guerra Mundial todas las ayudas aprobadas para que Sevilla conmemorase en 1916 el tercer centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. Pese a esta adversidad, la ciudad se volcó. Gustavo Bacarisas realizó la portada de un Álbum Cervantino; Luis Montoto le encargó a Gonzalo Bilbao una réplica de un retrato de Cervantes; José Gestoso diseñó los 25 azulejos de cerámica que salieron de la fábrica trianera de Mensaque.

La Primera Guerra Mundial, un Lepanto a lo bestia, no mermó el eco que en Sevilla tuvo la efeméride. La ciudad que fue "cuartel general" del Cervantes que se recorrió media Andalucía como abastecedor de la Armada Invencible; que fue "vivero de personajes, situaciones, tipos y lances" de muchas de sus Novelas Ejemplares. Una doble afirmación que ayer hizo en el Ateneo Rogelio Reyes, prologuista del libro de Rafael Raya Rasero Sevilla en dos centenarios cervantinos. 1916-2016 (Club del Libro Puerta de Carmona) que muestra las vergüenzas de la ciudad que dilapidó sus fondos en la torre Pelli, las setas y el Metrocentro.Un siglo después del tercer centenario, se ha reparado en dos de sus actuaciones. El club de amigos cervantinos al que pertenece Raya Rasero (Montilla, Córdoba, 1943) consiguió que durante tres días de la última semana de abril se expusiera al público el retrato de Cervantes de Gonzalo Bilbao que está en la antesala de la Alcaldía. El cuadro costó 2.000 pesetas; el marco, 400. El Ayuntamiento restauró 19 de las 25 placas cerámicas que se colocaron en diciembre de 1916. Las seis restantes se perdieron. El centenario no estuvo exento de tensiones. Rafael Raya dio con una carta que Luis Montoto manda a José Gestoso el 23 de agosto de 1916: "Estoy de Cervantes hasta la punta del pelo".

En el centenario de 1916 se implican José Gestoso, Luis Montoto, Bacarisas y Bilbao

Rafael Cansinos-Asséns, Francisco Rodríguez Marín o José María Izquierdo participaron en diferentes actividades de exaltación de la obra de Cervantes, de su paso por Sevilla, que no fue, en palabras de Rogelio Reyes, "una más de las ciudades". Este catedrático de Literatura tiene su teoría de la poca presencia de Sevilla en el Quijote, pese a la hipótesis de que empezara a escribirlo en esta ciudad. "El Quijote no deja de ser una historia de cruce de caminos, una novela rural, mientras que las Novelas Ejemplares son el epítome de la moderna novela urbana que crea Cervantes". La que practica el último premio Cervantes, Eduardo Mendoza, con ilustres precedentes como las novelas cervantinas Rinconete y Cortadillo, El celoso extremeño, El coloquio de los perros o La española inglesa, reescritas por el pueblo cada vez que lee los textos redactados por Luis Montoto y Rodríguez Marín.

Luis Montoto pagó a sus expensas un libro sobre el tercer centenario de la muerte de Cervantes. El Ayuntamiento le compró un centenar de ejemplares, dos de los cuales le regaló al Ateneo. Ayer se hizo el viaje a la inversa. Tres nietas de Raya Rasero -Carmen, Rocío y Marta; Lucía estaba en brazos de su padre- le hicieron entrega a Carmen Castreño, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento, de un ejemplar del libro de su abuelo.

Un homenaje con tintes de reivindicación al "príncipe de las Letras españolas", como llamaba el Gobierno a Cervantes en el decreto que quedó en agua de borrajas. Un alegato contra "esos molinos de viento que muchas veces soplan en Sevilla", según dijo Gerardo Pérez Calero. Introdujo la presentación José María Cabeza. Se escuchó música barroca interpretada por Alejandra Sanz con la flauta de pico y Jorge Rubiales con un instrumento de cuerda pausada.

El libro que Rafael Raya Rasero ha querido escribir para cumplir una doble deuda con Cervantes y con su "ciudad-novia", como llama a Sevilla, a la que llega en 1961, es la primera piedra de una futura Expo, el quinto centenario de la muerte de Cervantes.

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