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El año de los vinos de Jerez

  • Bodegas y viticultores buscan aprovechar la Capitalidad Europea del Vino para recuperar las exportaciones. Nueva etapa tras el arranque masivo de viñedos.

Jerez ha comenzado a celebrar su capitalidad europea del vino 2014 con un acto de presentación de este acontecimientos, la celebración de un congreso Iberoamericano del Vino y con la presencia y las declaraciones del ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que tiene en esta tierra su casa y para quien esta designación para la capital jerezana tiene mucho valor político y hasta sentimental.

"Jerez es el mejor ejemplo de una ciudad que ha situado el vino como eje fundamental de la vida cotidiana y de la economía de un pueblo", afirmaba Arias Cañete durante la presentación del acto y en medio de la expectación de público y prensa sobre si éste será uno de sus últimos actos públicos como ministro, si finalmente Mariano Rajoy decide enviarlo a Bruselas. El ministro dijo que aún no sabe nada, lo mismo que ha venido contando desde hace meses.

En todo caso la intervención del ministro ha servido para centrar esta larga etapa de fastos, congresos y celebraciones que se abre en Jerez para hablar del protagonista real de todo eso: el vino de Jerez. Unos vinos que han pasado momentos difíciles en cuanto a ventas, exportaciones y reestructuración empresarial, pero que en los últimos tiempos están alcanzando el equilibrio perdido.

La denominación Jerez-Xérés-Sherry es una de las más antiguas de España, para "un vino con una gran relevancia social y económica, con un importante componente en exportación", recalcaba Arias Cañete. Ahora, la denominación de Jerez como Ciudad Europea del Vino "va a suponer, sin duda, una proyección mayor para un vino único". En su opinión, la designación de Jerez como Ciudad Europea del Vino 2014 "es el reconocimiento a la calidad y la reputación histórica de unos vinos milenarios, que son el resultado de una combinación extraordinaria de tierra, clima y acción del hombre".

Se recordó, además, que Jerez es la segunda Ruta del Vino más visitada de las existentes en España. En concreto, más de 416.000 personas acudieron en 2012 a 37 bodegas del Marco de Jerez. "Prueba de este buen hacer es la concesión a una de las bodegas de la Ruta, Tío Pepe, del galardón al Mejor Centro de Turismo del Vino de 2014, otorgado por la prestigiosa revista especializada británica Drinks Internacional", comentaba el ministro.

Asimismo, Arias Cañete ha destacado el Plan de Promoción del Viñedo de Jerez, promovido por el Ayuntamiento, que pretende poner en valor el territorio de los viñedos, con acciones para potenciar el turismo enológico.

Los años difíciles

En estos momentos el Marco de Jerez apenas cuenta con unas 7.000 hectáreas protegidas bajo la denominación de origen una cifra que se ha ido reduciendo en las tres últimas décadas debido principalmente a las erráticas políticas que incentivaban el arranque de viñedos ante coyunturales excedentes mientras se destilaba alcohol para uso industrial en Jerez en otras comunidades, especialmente Castilla-La Mancha.

Lo cierto es que desde el gran apogeo comercial de los años 80 se pasó de una superficie cercana a las 23.000 hectáreas de plantaciones en unos pagos de albarizas privilegiadas a cultivar apenas una tercera parte del terreno.

El arranque subvencionado ha llevado a estas cifras y los más pesimistas han llegado a augurar que en un futuro apenas se superarían las 4.000 hectáreas si no se remediaba la pérdida de mercados de en algunos momentos alcanzó un ritmo vertiginoso. En 2008, primer año de la última reconversión, se llegaron a pagar más de 10.000 euros por hectárea arrancada de subvención.

Las bodegas más afamadas, además de cambiar de manos muchas de ellas incluso varias veces, han procedido a arrancar viñas de su propiedad y los pequeños viticultores se deshacían del viñedo porque en muchos casos llevaban años sin cobrar su uva.

Ahora, con una producción calificada muy inferior a la de los tiempos dorados y con un gran esfuerzo de diversificación de la oferta, parece que se vuelve a respirar. Los vinos de Jerez están entre los más exportados de España (siempre lo fueron) con 60 millones de botellas anuales distribuidas, según los últimos datos oficiales del sector.

En el Marco se lamentan de que el vino de Jerez, pese a que se esperaba que 2013 fuera el año en que por fin se rompiera la racha de largos años de caída de ventas, al final el ejercicio se cerró con algo más de tres millones de litros, un 7,56% de merma.

Al parecer la causa es el mal resultado de la manzanilla por cuestiones muy específicas de su normativa de comercialización. Esa caída corresponde en un 10% a las exportaciones y cerca del 2% al mercado español.

El director del Consejo Regulador, César Saldaña, admite cierta frustración por el resultado pese al esfuerzo en comunicación y repercusión en los medios. La parte amable es que el fino y cream suman en torno a los 3,5 millones de litros vendidos en el país, lo que supone el 3% de aumento.

Competencia desleal

Durante la celebración del Congreso de Empresarios Iberoamericanos del Vino se puso en evidencia un importante problema de los vinos de Jerez y es la escasa protección de las denominaciones de origen. Este problema fue planteado en una de las mesas de debate por el presidente de Fedejerez, Evaristo Babé, quien expuso lo que denominó "caso sangrante" del "jerez" en Estados Unidos, donde recordó que hay 126 marcas que siguen utilizando el término sherry, una vez que la Unión Europea considera que el acuerdo bilateral sobre vinos es satisfactorio.

El jefe de la Unidad de Vinos de la Comisión Europea, Jesús Zorrilla, presente en esas jornadas, defendió por su parte que, pese a que no se ha logrado la protección total de las muchas denominaciones e indicaciones geográficas europeas, encabezadas por jerez, champán y oporto, "conseguimos la congelación sin la que ahora, en lugar de 125 marcas de sherry habría 350". Zorrilla, también experto en asuntos bilaterales con Mercosur, México, Perú, Colombia, China o India,, destacó que el "sacrificio" merecía la pena, ya que a cambio se han multiplicado las exportaciones a EEUU, que "es el primer mercado para el vino de Europa". Aunque muchos temen las consecuencias del acuerdo con Mercosur, se explicó también en el congreso que Iberoamérica no incluye los principales compradores de vino europeo, aunque hay países como Brasil (sobre todo), México y Colombia, que están registrando recientemente un enorme incremento de su consumo entre la emergente clase media.

Arias Cañete destacaba también durante la clausura del congreso que la comunidad iberoamericana tiene "una participación importantísima" en este sector pues representa "el 30% de la producción total", y se mostró convencido de que el futuro acuerdo con Mercosur tendrá "un gran impacto" en este sector.

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