Andalucía

Marín presiona a la izquierda para desbloquear el Defensor del Pueblo

  • Jesús Maeztu renovará su cargo en septiembre si Adelante no propone a una sustituta de consenso antes de que acabe julio

El vicepresidente y el presidente de la Junta, Juan Marín y Juanma Moreno, charlan en San Telmo.

El vicepresidente y el presidente de la Junta, Juan Marín y Juanma Moreno, charlan en San Telmo. / Efe

La continuidad de Jesús Maeztu al frente del Defensor del Pueblo Andaluz sigue ganando enteros. El acuerdo firmado entre PP, Ciudadanos y Adelante Andalucía, que otorga a la coalición de izquierdas la potestad de proponer al sucesor del ex sacerdote gaditano deberá quedarse en el congelador si la confluencia no propone un nombre de consenso en las próximas semanas.

El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, conminó ayer a los izquierdistas a activar esa posibilidad antes de que finalice el actual periodo de sesiones, es decir, en julio. De lo contrario, en septiembre se activará la renovación de Maeztu para un segundo mandato de cinco años.

El actual Defensor del Pueblo en funciones –su cargo caducó en junio de 2018– cuenta con el apoyo explícito de Ciudadanos desde que Marín, hace ya varios meses, apoyase su continuidad. Los socios del líder naranja en el Gobierno no mostraron la misma contundencia a la hora de apoyar a Maeztu. Lo mismo le pasó entonces al PSOE, que, con el tiempo, ha ido tornando hacia el veterano ex sacerdote.

Actualmente, quien fuera comisionado del Polígono Sur cuenta con los apoyos necesarios para revalidar el cargo. PSOE, PP y Ciudadanos superan, de largo, los tres quintos de la Cámara –66 diputados– que se necesitan para nombrar al Defensor del Pueblo.

El conflicto aparece cuando se enfrenta este amplio consenso con el acuerdo a tres firmado por populares, naranjas y Adelante Andalucía. En la balanza de los órganos de extracción parlamentaria pesaron mucho las prisas por desbloquear RTVA. Para lograrlo, PP y Ciudadanos debían atraerse a los izquierdistas para lograr la unanimidad.

A cambio, blindaron la plantilla del ente público audiovisual, le dieron un puesto a los trabajadores en el consejo y, además, la potestad a Adelante Andalucía de proponer al sucesor de Maeztu. Con un matiz. Deberá ser una mujer y, como mínimo, deberá suscitar un consenso donde esté el PSOE. Vox, que sí está dentro del paquete de RTVA, queda fuera de la renovación del Defensor, puesto que quieren eliminar su figura.

En el documento, firmado por populares y naranjas y que se hizo público en su momento, no se habla de plazos. Pero una renovación de Maeztu retrasaría su aplicación varios años. El Defensor del Pueblo Andaluz está por la labor de repetir en el cargo con la legitimidad que le dan otros cinco años, según anunció el pasado viernes tras dar cuenta en el Parlamento de su informe anual como Defensor del Menor. Un dato. De culminar un segundo mandato, Maeztu saldría de la oficina con 81 años.

En su momento estuvo sobre el tablero una prórroga del actual mandato del ex sacerdote, pero esa situación de interinidad no es la más adecuada para un organismo que defiende los derechos del ciudadano y hace públicas las vergüenzas de la Administración.

Es la misma razón que hace que los partidos tengan especial cautela en la elección del Defensor del Pueblo Andaluz. Por ese motivo, el nuevo coordinador general de IU, Toni Valero, defendió ayer que la sucesión de Maeztu debe hacerse “con tiento y cariño” porque se trata de una institución “fundamental”.

El sucesor de Antonio Maíllo –firmante del acuerdo con PP y Cs– auguró ayer que su partido pondrá “toda la carne en el asador” para retomar el acuerdo, y que su nombramiento sea “de consenso” frente a quienes intentan “volar esto por los aires y plantear hojas de ruta alternativas”

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