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Andalucía

El aceite de oliva enlaza su segunda mala cosecha por primera vez desde que hay registros

Recolección en la localidad almeriense de Canjáyar la pasada campaña.

Recolección en la localidad almeriense de Canjáyar la pasada campaña. / Javier Alonso

La falta de agua en la época de floración del olivo ha originado que la producción de aceite de oliva en las almazaras andaluzas encadene su segundo año consecutivo con una producción que no llega a los niveles necesarios para satisfacer la demanda interna. La primera de las consecuencias es que será necesario recurrir a las importaciones lo que contribuirá a la escalada de precios. Ésta también conllevará cambios en los hábitos de consumo, que apuntan hacia al compra de aceites de oliva de menor calidad que el virgen extra (el más caro de todos) o la sustitución por las variedades de girasol.

La organización agraria UPA-A ha puesto cifras a este diagnóstico, con un aumento del precio del litro de aceite de oliva en torno al 30-35%, debido a una producción en los dos últimos años de 660.000 toneladas algo que según el presidente de la organización, Cristóbal Cano, "no vamos a ser capaces ni siquiera de producir lo que se genera en una campaña media en España, que se sitúa en torno a 1,3 millones de toneladas," a causa de la sequía. La situación de partida es que "el precio del aceite de oliva virgen extra ronda los 8,5 euros; en el caso del aceite virgen normal 8 euros y la calidad lampante se centra en torno a los 7 euros". El que menos se ha resentido, al menos en cuanto a su precio es el virgen extra.

Las consecuencias de estos aumentos es el resentimiento lógico en la compra, aunque hasta cierto punto; "no podemos obviar que el aceite de oliva es insustituible" y en ellos entran factores culturales y de costumbres. Así en los primeros diez meses "se ha vendido más de 896.000 toneladas de aceite de oliva en nuestro país, a pesar de la poca disponibilidad de aceite, pero la comercialización muestra buenas cifras"; dicho de otro modo, todo el aceite disponible se ha vendido. "La producción de la campaña anterior fue de 660.000 toneladas y hemos vendido 896.000, con lo cual se han vendido 230.000 toneladas más que el aceite producido del que quedó en los últimos meses de comercialización correspondiente a campañas pasadas y a las importaciones".

La próxima campaña arranca con previsiones negativas debido a la falta de agua, producidas justo en el momento de floración del olivar en prácticamente toda la zona olivarera de nuestro país, especialmente del Valle del Guadalquivir en Andalucía, "hace que nos encaminemos a una segunda mala cosecha consecutiva, y eso va a tensionar los mercados".

De igual forma, ha advertido que "en el mejor de los escenarios, en la próxima campaña, como mucho igualará la cifra de producción del año pasado (660.000 toneladas)", y ha agregado que "si sumamos la campaña pasada y la futura, estamos en el entorno del 1,2 millones de toneladas, mientras que una campaña media en España está por encima del 1,3 millones de toneladas, es decir, que en dos años no vamos a ser capaces ni siquiera de producir lo que una campaña".

En este sentido, ha apuntado que "esto se traduce en tensión y dificultad para todo el mercado y para toda la cadena de valor, empezando por el papel de los agricultores, que de poco sirve el precio que tiene ahora el aceite en origen, cuando no existe, lamentablemente, una cosecha significativa que poder vender". En este contexto, las soluciones que ha propuesto el representante sindical para paliar los problemas de sequía son "apostar por prácticas agrícolas sostenibles, mejorar las propiedades de los suelos optimizando hasta la última gota de agua que apliquemos en nuestros regadíos, ser conscientes de que tenemos restricciones y, sobre todo, reclamar a las administraciones un esfuerzo en la creación de nuevas infraestructuras para tener más agua disponible para riego, y a su vez un nuevo reparto de ese recurso".

Igualmente, ha añadido que es importante "asegurar en cierta manera el futuro de las zonas rurales de Andalucía y del olivar tradicional, que con baja dotación de regadío tiene una respuesta muy positiva, y un nuevo reparto del agua que asegure una estabilidad en esas cosechas y en los ingresos de los agricultores de cientos de pueblos de la comunidad andaluza". Finalmente, el representante de UPA-A ha concluido que "una comercialización buena en los precios actuales y unas perspectivas de mala cosecha son circunstancias que nos permite asegurar que a corto plazo no atisbamos una disminución de los precios ni en origen ni en el resto de eslabones de la cadena a día de hoy y a medio plazo".

Mercados nacional e internacional

En cuanto al consumo nacional del aceite de oliva, este ha caído en España más del 50% durante el primer semestre del año tras una campaña marcada por la peor cosecha del siglo y la subida mantenida de los precio. Con respecto al consumo a nivel internacional, Cano ha subrayado que "sigue una senda de incremento", aunque "evidentemente, en términos relativos, porque en volumen de aceite hay una caída debido al descenso de la producción".

En este sentido, ha insistido en "la importancia de continuar con las campañas de promoción y difusión de la bondad del aceite de oliva por todo el mundo, que está teniendo como resultado una competencia continua en el crecimiento, en las exportaciones o en mercados tan importantes como Estados Unidos", siendo este "el principal país consumidor de aceite de oliva a nivel internacional con algo más de 300.000 toneladas compradas".

En cuanto a la competencia internacional en el mercado olivarero, el representante sindical ha señalado que "España posee el liderazgo en el sector del aceite de oliva, ya que nosotros producimos algo más del 50% del aceite de oliva generado por todo el mundo", y ha agregado que "lo que pasa aquí es lo que marca la tendencia de todo lo relativo al aceite de oliva". Al hilo de lo anterior, ha incidido en que "más que preocuparnos por lo que pasa en otros países tenemos que preocuparnos por maximizar el valor de nuestro aceite de oliva y en diferenciar los aceites en función también de su origen, poniendo especial énfasis en los que tienen como origen el olivar tradicional, que es el que más dificultades tiene y mejor aceite produce". 

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