Andalucía tiene 4 ciudades entre las 10 con el agua más cara de España
Sevilla, Huelva, Almería y Cádiz figuran en el top 10 según el último estudio de la OCU, con tarifas que superan en más de 300 euros al año las de Ourense
El precio del agua en España muestra enormes desigualdades según un reciente informe publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). El estudio, que analiza las tarifas aplicadas en 54 ciudades españolas durante 2025, revela que cuatro ciudades andaluzas se sitúan entre las diez con las facturas más elevadas del país, evidenciando importantes diferencias territoriales en el coste de este servicio básico.
Según los datos recopilados por la OCU, un hogar español puede pagar hasta 368 euros de diferencia al año por el mismo consumo de agua (150 metros cúbicos) dependiendo de su lugar de residencia. Barcelona encabeza el ranking como la ciudad con la factura más alta, alcanzando los 516 euros anuales, mientras que Ourense se posiciona como la más económica con apenas 148 euros al año. Esta disparidad responde principalmente a la autonomía de los ayuntamientos para establecer sus propios sistemas tarifarios y de cobro, lo que genera un mapa nacional de precios tremendamente heterogéneo.
En este contexto, Andalucía destaca negativamente al colocar cuatro de sus capitales entre los diez municipios con tarifas más elevadas. Sevilla ocupa el segundo puesto nacional con un coste anual de 483 euros por hogar, seguida de Huelva en tercera posición (455 euros), Almería en cuarta (447 euros) y Cádiz en quinta (446 euros). El resto del top 10 lo completan Alicante (427 euros), Murcia (426 euros), Bilbao (424 euros), Tarragona (422 euros) y Palma de Mallorca (395 euros).
El mapa del precio del agua en España: grandes contrastes territoriales
La concentración de ciudades andaluzas en las primeras posiciones del ranking no es casualidad. Los expertos señalan que la escasez hídrica que afecta al sur peninsular ha obligado a desarrollar infraestructuras más costosas para garantizar el abastecimiento, repercutiendo inevitablemente en la factura final. Además, las políticas de recuperación de costes y las inversiones en modernización de redes también influyen significativamente en las tarifas aplicadas.
Aunque no figuren entre las diez primeras, otras capitales andaluzas también presentan precios considerablemente elevados. Málaga se sitúa en una posición intermedia con un coste anual de 360 euros, seguida de Córdoba (338 euros), Jaén (327 euros) y Granada (325 euros). Estos importes, aunque inferiores a los de sus vecinas, siguen estando muy por encima de las ciudades más económicas del país.
En el extremo opuesto de la tabla se encuentran municipios como Ourense (148 euros), Palencia (151 euros), Melilla (156 euros), Soria (165 euros) y Guadalajara (178 euros). La diferencia entre la ciudad más cara (Barcelona) y la más barata (Ourense) supera los 350 euros anuales, lo que representa una variación superior al 248%. Esta brecha resulta especialmente significativa considerando que se trata de un servicio básico y universal.
Factores que determinan el precio del agua en cada localidad
Las enormes diferencias en el coste del agua responden a múltiples factores. En primer lugar, la disponibilidad natural del recurso condiciona las infraestructuras necesarias para su captación, tratamiento y distribución. Las zonas con mayor estrés hídrico, como es el caso de gran parte de Andalucía, requieren inversiones más elevadas en desaladoras, embalses o trasvases, costes que acaban trasladándose a la factura.
Otro elemento determinante es la política municipal en la gestión del agua. Algunos ayuntamientos optan por subvencionar parcialmente el servicio para mantener precios más asequibles, mientras otros aplican el principio de recuperación total de costes. También influye el modelo de gestión elegido (pública, privada o mixta) y la eficiencia de las redes de distribución, ya que las pérdidas por fugas pueden incrementar notablemente los costes operativos.
La estructura tarifaria constituye igualmente un factor clave. Mientras algunas ciudades aplican tarifas progresivas que penalizan el consumo excesivo, otras mantienen sistemas más planos que no incentivan tanto el ahorro. El estudio de la OCU se basa en un consumo estándar de 150 metros cúbicos anuales para una vivienda tipo, lo que permite comparar de forma homogénea los diferentes municipios.
Consecuencias económicas y sociales de la disparidad de precios
Las importantes diferencias en el precio del agua generan diversas implicaciones tanto económicas como sociales. Por un lado, suponen un factor adicional de desigualdad entre los ciudadanos españoles, ya que afectan de manera directa a la economía familiar. En las ciudades andaluzas con tarifas más elevadas, el gasto en agua puede representar hasta un 2% del presupuesto anual de un hogar medio.
Desde el punto de vista medioambiental, los precios más elevados suelen traducirse en un consumo más responsable, aunque esto plantea el dilema de equilibrar la sostenibilidad con la accesibilidad a un recurso básico. Las organizaciones de consumidores vienen reclamando desde hace años una mayor armonización de las tarifas a nivel nacional, respetando las particularidades locales pero evitando diferencias tan acusadas.
En este contexto, algunas administraciones han comenzado a implementar sistemas de tarificación social que contemplan bonificaciones para colectivos vulnerables, tratando de garantizar el acceso universal al agua independientemente de la capacidad económica de los ciudadanos. Sin embargo, estas medidas resultan insuficientes para corregir las enormes disparidades territoriales que refleja el estudio de la OCU.
¿Por qué el agua es más cara en las ciudades andaluzas?
La concentración de ciudades andaluzas entre las que presentan tarifas más elevadas responde a una combinación de factores específicos de la región. En primer lugar, la escasez estructural de recursos hídricos en el sur peninsular obliga a realizar importantes inversiones en infraestructuras de captación, almacenamiento y distribución, costes que inevitablemente se trasladan al recibo.
Adicionalmente, muchos municipios andaluces han realizado en la última década importantes obras de modernización de sus redes de abastecimiento, algunas de ellas parcialmente financiadas con fondos europeos pero con un componente importante de inversión local que repercute en las tarifas actuales. La antigüedad de muchas infraestructuras hidráulicas urbanas también contribuye a incrementar los costes de mantenimiento.
Por último, el modelo de gestión predominante en la región, con una importante presencia de empresas concesionarias privadas o mixtas, introduce elementos adicionales en la estructura de costes que pueden influir en la determinación final del precio que pagan los consumidores. Este factor, combinado con políticas municipales orientadas a la recuperación total de costes, explica en gran medida la posición destacada de las ciudades andaluzas en el ranking nacional.
También te puede interesar
Lo último
BBVA con el turismo
BBVA refuerza su compromiso con el turismo de la región, impulsando la innovación, la sostenibilidad y el crecimiento de su tejido empresarial
Contenido ofrecido por Emerita Resources