El mundo, mal; Andalucía, bien

Al contrario que en años anteriores, la presentación de la vigésimo tercera edición del Anuario del Grupo Joly no estuvo teñida del moderado optimismo que suele acompañar a Francisco J. Ferraro, director de la publicación que patrocina Telefónica. Resumiendo de una manera extrema (con toda la pérdida de matices que eso conlleva), podemos decir que el mensaje dado por el profesor Ferraro fue que el mundo, en general, va mal, aunque la buena noticia es que Andalucía progresa adecuadamente.

Ferraro cree que asistimos a un preocupante deterioro del proceso "civilizatorio" que se inició tras la II Guerra Mundial y que supuso, en general, la disminución del hambre y las guerras, y el aumento de la esperanza de vida y los países democráticos en el mundo. Todo propiciado por los avances científico-tecnológicos y por la construcción de una "moral colectiva" en la que "la razón, la libertad, el respeto al prójimo y la ayuda a los más débiles" fueron construyendo un mundo mejor. Sin embargo, en los últimos tiempos, el director del Anuario estima que "estamos asistiendo a un deterioro acelerado de la calidad de este mundo". Muchos son los síntomas de esta enfermedad. Entre ellos destacan el aumento de las democracias iliberales y populistas, el repunte del hambre en el mundo desde la pandemia, la mayor desigualdad o los conflictos extremadamente violentos como los de Ucrania y Gaza.

Todas estas tendencias negativas se han visto "intensificadas", según Ferraro, por el regreso a la política mundial del actual presidente de EEUU, Donald Trump. El director del Anuario Joly no ahorró dureza en su comentario sobre el político norteamericano. "Desde sus primeras decisiones anunciaba un cambio radical en el orden internacional en el que la ley del más fuerte se impone sobre los acuerdos e instituciones internacionales, y sus deseos personales sobre la razón y el diálogo, exigiendo un vasallaje que recuerda a las monarquías absolutas. Las nuevas orientaciones de gobierno se van concretando en la imposición de aranceles como arma de negociación, en sus ambiciones imperialistas y en su condescendencia con autócratas como Netanyahu y Putin", aseguró.

A la acción nociva de Trump se une, al entender del profesor Ferraro, la debilidad de una Unión Europea que, "por su peso demográfico y económico, le correspondería jugar un papel de contrapeso y de defensa de la democracia liberal y del multilateralismo". Las principales causas de este desfallecimiento europeo son "el peso creciente de los partidos de extrema derecha, la primacía de los intereses nacionales sobre los comunitarios, la ausencia de defensa propia y las limitaciones competitivas". Esta debilidad ha quedado clara en la imposibilidad de encontrar una voz unida y firme en crisis como Ucrania y Gaza o su impotencia ante las pretensiones de Trump en materias como los aranceles y la defensa.

España tampoco se escapa a este gris panorama. La crispación política, el excesivo peso de los intereses partidistas en la vida pública o los casos de corrupción que acosan al Gobierno, al PSOE y al entorno familiar de Pedro Sánchez han convertido la gobernanza del país en algo muy complicado y cuya finalidad parece que se limita a que Pedro Sánchez se mantenga en el poder. La DANA de Valencia y su pésima gestión política; las elecciones autonómicas en Galicia, el País Vasco y Cataluña; la retrasada elección del CGPJ, las afluencias masivas de inmigrantes o el enorme problema de la vivienda, son algunas de las cosas que Ferraro destacó como más llamativas en la España de 2024.

Todo este panorama negativo, sin embargo, se clarificó en el discurso del profesor Ferraro cuando llegó el momento de hablar de Andalucía, que parece haber encontrado la senda de la estabilidad política y el crecimiento económico. "El comportamiento de la economía andaluza en 2024 fue mejor de lo esperado. La estimación provisional es que el PIB aumentó un 3,3%, mejorando en una décima el crecimiento de España. Por tanto, de mantenerse un crecimiento demográfico semejante al de España, se habría producido una ligera convergencia con la media nacional en términos de PIB/hab.", aseguró Ferraro. Este crecimiento se debe a la colaboración de todos los sectores, aunque destacó el agropecuario debido a la buena climatología. Una vez más, se advirtió del excesivo peso del turismo en nuestra economía. "Nunca una región ha convergido a gracias al turismo en un país desarrollado", aseguró, al mismo tiempo que indicó que convergencia de Andalucía con las regiones más prósperas "se debe basar en más desarrollo industrial y de servicios cualificados y en mejoras de los factores de producción".

Ferraro finalizó su disurso animando al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (presente en el acto), a que "persevere en mantener ese estilo distintivo de una política sin estridencias, y que lo complemente con la búsqueda de consensos superadores de partidismos".