¿Habrá pan el 28 de octubre?: Los panaderos convocan una huelga para protestar por el precio de la luz

Los panaderos están en pie de guerra. El próximo 28 de octubre, estos apagarán sus hornos como medida de protesta por el alto precio de la luz. Ese olor tan característico del pan recién hecho puede convertirse, no muy tarde, en algo excepcional o en un simple recuerdo.

Las panaderías tradicionales se ahogan. La elevada factura de la luz, el gas y la harina, que se ha encarecido en un 40% en el último año, unido a la falta de vocaciones para asegurar el relevo tradicional, no auguran un gran futuro a este oficio.

Para dar visibilidad a este problema, la patronal de panaderos artesanos, Ceoppan, ha convocado un paro de 15 minutos, de 12:00 a 12:15 de la mañana, en las panaderías de toda España el 28 de octubre bajo el lema Sin luz no hay pan.

En España, actualmente funcionan unos 12.000 locales de fabricación de pan artesanal, que dan empleo a unas 190.000 personas. Según cifras de la patronal, el trigo destinado a panificación pasó de costar 200 euros la tonelada en enero de 2019 a 340 euros en enero de 2022, con picos de hasta 425 euros. Muchos panaderos, advierten desde el sector, no van a poder sobrevivir a la subida imparable de la factura de la luz.

Además de la subida de los precios, el sector sufre otro mal endémico: la falta de relevo generacional. Los jóvenes, no quieren continuar con el oficio de panaderos. Esta situación, sumada a la pandemia y al incremento de costes, ha acelerado el cierre de muchos negocios, cuyos dueños han optado por adelantar su jubilación, según señalan desde la patronal.

El presidente de Ceoppan reclama una reunión con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para reclamar un bono energético con cargo a los fondos europeos y un control de los insumos.

Antecedentes: dos días sin pan en Sevilla

Sevilla vivió en 1977 su primera huelga de panaderos. La ciudad estuvo sin pan durante dos días. El origen del conflicto radicó en la disconformidad de los obreros con la decisión de la autoridad laboral de permitir a las empresas la absorción de los pluses para hacer frente a un aumento salarial del 28% concedido meses atrás. Según contaba entonces El País, la huelga fue prácticamente total en Sevilla capital, "donde sólo funcionaron media docena de panaderías atendidas por los dueños y sus familiares", y afectó a otros pueblos de la provincia como Morón de la Frontera y Alcalá de Guadaíra.

Los sindicatos se quejaban de que la absorción de los pluses reducía la subida salarial real a menos de un 10%, mientras que la patronal, por su parte, acusaba a los trabajadores de pretender unas reivindicaciones que la industria panadera no podía asumir, "a causa de la demagógica política gubernamental sobre los precios del pan". Ya entonces se decía que el sector estaba "al borde de la quiebra".