La ciencia lo confirma: entrenar igual que un hombre no funciona en la mujer

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Lucía Aguado. Directora de contenidos del Máster en Entrenamiento, Nutrición y Salud en la Mujer de ENFAF
Lucía Aguado. Directora de contenidos del Máster en Entrenamiento, Nutrición y Salud en la Mujer de ENFAF

02 de noviembre 2025 - 00:00

Entrenar “igual que un hombre” no solo ignora diferencias biológicas evidentes; también puede limitar resultados y elevar el riesgo de lesión. La investigación actual es clara: factores como el ciclo menstrual, el uso de anticonceptivos, el embarazo o la menopausia condicionan la respuesta al entrenamiento y a la nutrición. En este contexto, cada vez más profesionales del ejercicio apuestan por especializarse en salud femenina, con programas formativos basados en evidencia y aplicables al día a día.

Lo que cambia en el cuerpo de la mujer (y por qué importa al entrenar)

Más allá de los tópicos, el entorno hormonal modula variables clave del rendimiento: fuerza máxima, tolerancia al volumen, recuperación, termorregulación y percepción del esfuerzo. Estas oscilaciones no invalidan el progreso; lo orientan. Planificar el entrenamiento con sensibilidad a esas variables —por ejemplo, ajustando cargas y tipo de trabajo según las fases del ciclo— mejora adherencia y resultados.

También hay consideraciones específicas que no deberían ignorarse: el cuidado del suelo pélvico en gestantes y postparto, la prevención de la amenorrea hipotalámica por baja disponibilidad energética, o la adaptación del trabajo de fuerza y el impacto en perimenopausia y menopausia para proteger masa muscular y salud ósea. El mensaje es nítido: programar con ciencia y con contexto femenino.

Nutrición y salud hormonal: el otro 50% del rendimiento

La nutrición es el pilar silencioso que sostiene el progreso. Garantizar energía disponible suficiente, ajustar la proteína de calidad, cuidar hierro, calcio y vitamina D, y planificar el “timing” de ingestas puede marcar la diferencia entre estancarse o avanzar. En condiciones como SOP o endometriosis, la coordinación con profesionales sanitarios y la individualización de pautas no es opcional, es profesionalidad. Lo mismo ocurre en embarazo y lactancia: adaptar demandas, vigilar hidratación y priorizar seguridad son decisiones que exigen criterio y actualización constante.

De la teoría a la práctica: cómo se forman hoy las especialistas

El sector del fitness y la salud vive un cambio de paradigma. Ya no basta con aplicar rutinas genéricas: los profesionales necesitan leer estudios, interpretar datos y trasladar la evidencia científica al entrenamiento real. Cada vez más entrenadoras, nutricionistas y fisioterapeutas buscan formaciones que combinen ciencia, práctica y acompañamiento continuo.

En España, ENFAF se ha consolidado como una de las escuelas de referencia en formación online especializada en deporte y salud, con más de 16.000 alumnos formados y programas avalados por universidades de prestigio como la UCAM y la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Entre sus formaciones destaca el máster en Entrenamiento, Nutrición y Salud en la Mujer, una propuesta pionera que aborda la salud femenina desde la evidencia: ciclo menstrual, embarazo, postparto, menopausia, composición corporal y rendimiento.

El programa, 100 % online y con acceso de por vida a todas sus actualizaciones, reúne a docentes en activo —investigadoras, nutricionistas de selecciones nacionales y entrenadoras de alto rendimiento— que trasladan su experiencia al aula virtual. El resultado es una formación práctica y aplicada, creada para profesionales que buscan diferenciarse en un sector en plena evolución.

“Las mujeres no somos hombres pequeños: entrenar sin tenerlo en cuenta penaliza resultados.” — Lucía Aguado, Directora del Máster Máster en Entrenamiento, Nutrición y Salud en la Mujer de ENFAF

5 claves prácticas para entrenar en femenino (basadas en evidencia)

  • Fuerza como pilar: priorizar patrones básicos (empujes, tracciones, sentadillas, bisagras) y progresiones seguras.
  • Periodización sensible al ciclo: ajustar volumen y tipo de estímulo según síntomas y biofeedback, sin dogmas.
  • Energía disponible: comer acorde a la carga de entrenamiento; sin combustible no hay adaptación.
  • Suelo pélvico y alta demanda: individualizar impacto, gestionar presiones y utilizar progresiones específicas en embarazo y postparto.
  • Recuperación y seguimiento: sueño, estrés, registros sencillos y comunicación constante con la deportista.

Más resultados, menos lesiones: un cambio cultural en marcha

Durante años, los programas “neutros” por defecto han invisibilizado realidades fisiológicas de la mujer. Hoy, los equipos multidisciplinares (entrenamiento, nutrición, fisioterapia, ginecología) y la formación rigurosa están cambiando el panorama. Este giro no es una moda: responde a la necesidad de mejorar rendimiento y bienestar con criterios sólidos, alejados del marketing fácil y los mitos de gimnasio.

Para las profesionales del ejercicio, especializarse no es solo una oportunidad laboral; es una responsabilidad con sus clientas. En palabras del equipo docente de ENFAF, el reto es combinar criterio científico, sensibilidad clínica y aplicabilidad. Quien domine ese triángulo liderará el futuro del fitness femenino en España.

Y es que durante décadas, las mujeres se adaptaron a programas diseñados para otros cuerpos. Hoy, es el entrenamiento el que empieza a adaptarse a ellas. Y ese cambio —por fin— también es ciencia.

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