La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Qué clase de presidente o qué clase de persona
Contenido Patrocinado
Hay algo que cualquiera que haya pisado una franquicia dental sabe, aunque nadie se lo haya dicho en voz alta: para muchas clínicas, el paciente no es una persona. Es un presupuesto con patas.
Revisiones de 10 minutos. Presupuestos de miles de euros soltados antes de sentarte. Dentistas que apenas miran a los ojos. Recepcionistas que presionan para firmar la financiación.
Y el paciente sale de allí con la sensación de que algo no cuadra. De que le están tratando como un número. Porque, en muchos casos, es exactamente lo que está pasando.
Esta es la realidad contra la que Inés Moreno decidió rebelarse.
La Doctora Moreno llevaba más de 20 años ejerciendo en Sevilla. Clínica propia. Agenda completa. Pacientes fieles que volvían año tras año. Todo lo que se supone que un profesional debe perseguir.
Y sin embargo, decidió dejarlo.
"Quería volver a emocionarme con mi trabajo", explica. Estaba cansada de ver cómo el sector se había convertido en una carrera por facturar más a costa del paciente. Cansada de escuchar historias de gente que había pagado miles de euros por tratamientos que quizá no necesitaban.
Quería volver a hacer odontología como se hacía antes: mirando al paciente a los ojos, escuchando de verdad, diciendo la verdad aunque no sea lo que más dinero deje.
Para eso necesitaba empezar de cero. Sin inercias. Sin la presión de cuadrar números a final de mes.
Eligió Carmona.
Hace más de tres décadas, Inés Moreno daba clases de prótesis dental. Una de sus alumnas era Patrocinio Benjumea Blanco.
La vida las separó. Benjumea se convirtió en un referente de la odontología en Carmona, donde durante 25 años los vecinos confiaron en ella para cuidar de su salud bucodental. Mientras tanto, Moreno construía su carrera en Sevilla.
Hasta que sus caminos volvieron a cruzarse.
Benjumea cerraba una etapa profesional. Moreno buscaba empezar otra. Y cuando la antigua alumna supo lo que su profesora quería construir, no lo dudó.
"Nos conocemos desde hace 30 años. Sé cómo trabaja. Sé lo que le importa. Sé que esto es diferente", afirma Benjumea, que ahora ejerce como directora comercial de la nueva clínica.
Así nació Clínica Dental Paraíso.
Cuatro personas, cero franquicias
El equipo lo completan Raúl Benítez en atención al paciente y Andrea Fernández como higienista dental. Cuatro personas. Sin más.
"Cuando entras por la puerta, sabemos tu nombre. No eres el paciente de las 11:30", explican desde el centro.
Es el polo opuesto al modelo de franquicia: consultas sin prisas, tiempo para explicar cada opción, cero presión para aceptar tratamientos. Una forma de trabajar que, según reconocen, no es para todo el mundo.
"Si alguien busca el precio más bajo del mercado, esta no es su clínica. Aquí no competimos por ser los más baratos. Competimos por ser los más honestos."
La apertura de Clínica Dental Paraíso coincide con un momento histórico para el municipio. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, Carmona superó en 2024 la barrera de los 30.000 habitantes por primera vez en su historia, consolidando un crecimiento del 8% en los últimos cinco años.
Un pueblo que crece y que, según el equipo de la clínica, necesitaba una alternativa al modelo impersonal que domina el sector.
"Carmona no es Sevilla. Aquí nos conocemos. La confianza se gana con hechos, no con anuncios", resume Benjumea.
La clínica dental en Carmona ofrece la primera visita sin coste y dispone de opciones de financiación. Ofrecen servicios de odontología general, implantes dentales, ortodoncia invisible y convencional, estética dental y prótesis.
Un modelo que mira al pasado para construir el futuro
Quienes recuerdan cómo funcionaban las clínicas dentales hace 30 años reconocerán algo familiar en Clínica Dental Paraíso. Aquella época en la que el dentista del pueblo conocía a tres generaciones de la misma familia. Sabía quién tenía miedo a las agujas, quién necesitaba que le explicaran todo dos veces y quién prefería no saber nada hasta que terminara.
Ese modelo, aplastado por la llegada de las franquicias y la obsesión por la rentabilidad, es precisamente el que Moreno y Benjumea quieren recuperar. Adaptado a los tiempos, con tecnología actual y tratamientos modernos, pero con la misma filosofía de base: conocer al paciente antes de abrir la boca.
"La gente está cansada de ser tratada como ganado", reconoce el equipo. "Vienen buscando algo que creían que ya no existía: un sitio donde les escuchen."
El tiempo dirá si Carmona estaba esperando exactamente esto. Por ahora, la clínica ya ha abierto sus puertas y las primeras citas están llegando.
También te puede interesar
Contenido patrocinado por Covap
Covap reduce más de un 18% la huella de carbono en cada litro de la leche de vaca que produceContenido patrocinado por Cibervoluntarios
YoConecto: una forma sencilla y gratuita de aprender y usar la tecnologíaLo último