'Ecodiseño': una alternativa sostenible

Para que un producto tenga éxito y sea una opción atractiva para los consumidores, quizás lo más importante de su proceso de comercialización, además de las campañas publicitarias con las que se promociona, sea el diseño del mismo.

El diseño de productos es un aspecto verdaderamente relevante para el desarrollo de actividades de consumo, puesto que no sólo se tienen en cuenta las variables como su atractivo y su calidad, sino que también es importante tener en cuenta el impacto ecológico del proceso de producción.

Por ello, ahora se ha acuñado el término ecodiseño: diseño de productos con conciencia ecológica. Esta nueva iniciativa responde a la necesidad imperiosa de la sociedad en general de que se comercialicen más productos que tengan un impacto ambiental reducido y un ciclo de vida extenso y coherente con el consumo sostenible.

Estas son las bases del ecodiseño:

Los objetivos y beneficios de practicar el ecodiseño

Sus objetivos, resumidos, son cinco:

• Limitar el consumo de recursos energéticos y materias primas en la fabricación.
• Utilizar materiales sostenibles y reciclados.
• Estudiar en detalle cómo reducir todo lo posible el impacto ambiental de distribución, logística y envío a domicilio.
• Conseguir un producto duradero, o en su defecto reutilizable por usos complementarios.
• Garantizar su reciclado total posterior al uso y facilitar el proceso de reciclado al consumidor y la empresa de reciclaje.
• Paliar y reducir la huella de carbono y su impacto medioambiental.

Se estima que, cuando el proceso de ecodiseño se lleva a cabo de manera concienzuda, puede llegar a limitar la huella ambiental del producto final hasta en un 80%. Además, en vista a los diferentes objetivos medioambientales internacionales que buscan mejorar la situación ecológica, esta iniciativa también puede reducir el impacto del cambio climático y las emisiones de plásticos en los océanos.

En definitiva, el diseño con conciencia ecológica y ambiental es el camino a seguir, no sólo para productores, sino para consumidores en el aspecto de que este tipo de procesos de producción deben ser exigidos por los mismos. De hecho, cada vez son más los usuarios que centran sus actitudes de consumo en conseguir limitar no sólo el impacto ambiental de su consumo, sino también el del proceso productivo que ha sido necesario para llegar al bien de consumo, exigiendo una nueva ética empresarial de cuidado del planeta.