Cuando hablamos de mejorar la eficiencia energética en edificios, nos referimos al hecho de mejorar el uso de las fuentes de energía en los mismos edificios. Una buena definición de eficiencia energética es: la optimización del consumo energético con el objetivo de alcanzar ciertos niveles de confort.

Cuando hablamos de eficiencia energética hablamos de la relación entre la cantidad de energía que hemos utilizado para una cierta actividad y la cantidad de energía que estaba prevista para la realización de dicha actividad.

Para medir la eficiencia energética de los edificios tenemos que tener en cuenta una serie de factores importantes, como por ejemplo pueden ser el agua caliente sanitaria, la ventilación, la calefacción, la iluminación, etc.

Cuando decimos que un edificio es eficiente a nivel energético significa que ha cumplido con las variables necesarias y se encuentra dentro de los parámetros que se conocen como clasificación energética, y que indican qué nivel de eficiencia tiene el edificio.

Para saber cómo mejorar la eficiencia de un edificio primero deberemos aprender a calcular la eficiencia energética del mismo. Según el documento de ‘Metodología de Cálculo de la Calificación de Eficiencia Energética’ que ofrece el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, para realizar este cálculo debemos medir la energía que consumimos durante un año en unas condiciones normales de uso en cuanto a los factores que hemos comentado en el párrafo anterior (agua caliente, sanitaria, ventilación, calefacción, iluminación, etc).

El principal indicador energético (se usan varios indicadores) será el de emisiones anuales de CO2 en kg por metro cuadrado de vivienda, además del indicador de consumo anual de energía primaria no renovable que el edificio registra. Estos son dos indicadores importantes, aunque en los cálculos que realicemos también se deben tener en cuenta factores como la naturaleza del edificio, características térmicas de los cerramientos, su orientación, etc.

Depende de los resultados, obtendremos una clasificación energética del edificio, que se determinará en función de una letra (de la A a la G), siendo los edificios clasificados con la letra A aquellos que consumen hasta un 90% menos de energía que otros edificios catalogados con nivel más bajo.

¿Cómo mejorar la eficiencia energética de un edificio?

Para mejorar la eficiencia del edificio, debemos aprovechar las obras, reparaciones y mejoras que se vayan a realizar en el mismo edificio. Algunas medidas que podemos llevar a cabo a la hora de mejorar la eficiencia energética son:

• La renovación de los sistemas relacionados con la energía: sistemas de calefacción, aire acondicionado, electrodomésticos, ventilación, iluminación, etc. si nuestro sistema de calefacción es anterior al año 1980, lo más posible es que este sistema de calefacción sufra pérdidas por distintas partes, lo que supondría un derroche de energía. Para este ejemplo de la calefacción es muy recomendable utilizar calderas de alta eficiencia energética, que aunque tienen un precio un poco más elevado, se amortiza a la larga.
• Mejorar el sistema de aislamiento de nuestra casa. Aunque pensemos que esto puede no tener nada que ver con el ahorro de energía de nuestro hogar, cambiar las ventanas sí supone una mejora para la eficiencia energética del edificio. Las ventanas nos ayudan a conservar mejor el frío o el calor dentro de nuestro hogar sin necesidad de acudir a otros sistemas energéticos como aire acondicionado o calefacción.
• Integración de energías renovables. Por ejemplo, las placas solares. Integrar en los edificios energía renovable como energía solar térmica, geotermia o aerotermia es una indudable mejora de eficiencia energética para el edificio, ya que optimiza al máximo las pérdidas y ganancias de energía.