Beñat, sin prisa alguna

Al club y a sus aficionados les puede resultar difícil y hasta duro asumirlo, pero a Beñat se le ha quedado pequeño el Betis. Ha ocurrido de un día para otro, cierto, justo desde que Vicente del Bosque decidió convocarlo para la concentración de la selección española previa a la Eurocopa. Pero no es menos cierto que esa llamada, una vez finalizada la temporada, cambió de forma absoluta el presente y el futuro de quien había sido, junto a Rubén Castro, el mejor futbolista que Pepe Mel había tenido a sus órdenes ese curso.

Ocurrió el 15 de mayo de este año, cinco días después de que finalizase la Liga y once antes de que Beñat debutase con España frente a Serbia. El 14 de mayo, la renovación de Beñat hubiese sido cuestión de minutos. El futbolista, con un sueldo bajísimo que casi había triplicado gracias a los pluses en su contrato por partidos jugados, hubiese firmado casi cualquier cosa. Desde entonces, no ha hecho sino revalorizarse y las negociaciones para su renovación han llegado a un punto en que andan enquistadas, si bien en el fútbol cualquier asunto se desbloquea de un momento para otro. Aunque en este caso, sería el Betis el que tendría que dar su brazo a torcer.

La situación en la actualidad es que tras los primeros contactos, habidos con el comienzo de la nueva temporada, el acuerdo entre las partes está muy difícil. La propuesta del club, sin entrar en cantidades concretas, es la de prolongar la vinculación de Beñat, que finaliza su contrato en el club en 2014, por una o dos temporadas más, igualando sus emolumentos a los de Rubén Castro, la otra estrella de la plantilla y el mejor pagado de la misma tras Nelson y, quizá, Jonathan Pereira. El delantero canario renovó a finales de curso, pero, al revés que Beñat y pese a lo especulado, no fue citado por Del Bosque.

Beñat, aunque en parte habría que hablar de sus representantes, Iñaki Ibáñez y Vicente Biurrun -el jugador trata de mantenerse al margen y hasta lo consigue-, ya le ha dejado claro al club que, en esas condiciones económicas, no renueva su vinculación.

Además, el club, quizá adelantándose a las intenciones del vasco de solicitar una bajada en su cláusula de rescisión (20 millones de euros), ya incluso anunció públicamente, por medio de José Antonio Bosch, que no la subiría en la nueva propuesta y que se la mantendría.

Esta condición tampoco satisface a Beñat, quien considera que con esa cantidad seguiría sin ser el dueño de su futuro, como se ha demostrado el pasado verano. El Betis llegó a rechazar una oferta del Wolfsburgo de 12 millones de euros más un futbolista, cantidad estimada importante y suficiente por la parte del jugador.

La oferta del club alemán al jugador, además, duplicaba lo que ahora le está ofreciendo el Betis, de ahí que Beñat sólo se plantee la renovación bajo dos parámetros: o el club verdiblanco le realiza una gran oferta que prácticamente le asegure su futuro -el vasco cumple 26 años el 19 de febrero- o, por contra, mejora tibiamente las cantidades ofertadas a la fecha, pero, en contraprestación, ablanda las condiciones para una posible salida, ya sea bajando su cláusula de rescisión o arbitrando alguna otra que le permitiese salir a finales de temporada si se diesen una serie de parámteros.

Y es que Beñat, que en igualdad de condiciones o algo inferiores elegiría el Betis al Wolfsburgo -Biurrun ya admitió que en diciembre volverá a la carga-, no haría lo propio si quien llama a su puerta fuese el Athletic o algún grande de España o Europa. El club rojiblanco, principalmente es "su casa", como admitió este verano en una entrevista a este medio, y él está dispuesto a esperar, máxime viendo que el futuro de Marcelo Bielsa, el responsable de que Josu Urrutia no le haya realizado una oferta al Betis, pende de un hilo.

Beñat ha ofrecido muestras de paciencia y ya dilató el inicio de las negociaciones en verano esperando al club del Bocho. Incluso, nada se movió antes de que a finales de septiembre acabase el plazo especial concedido al Athletic para fichar. El futbolista no tiene prisa y es el Betis, quien no la tuvo antes de que lo llamara Del Bosque, quien debe mover ficha ahora, es decir, subirle mínimamente la oferta y arbitrar fórmulas para que el jugador sea dueño de su crecimiento, ya que jamás podrá llegar a las cantidades que él pretende y otros clubes le ofrecen.

El riesgo del jugador es una lesión. "Lo asumimos", dijo este miércoles Biurrun a este diario. ¿Han suscrito alguna póliza de seguro que cubra esta contingencia? "Lo estamos mirando ya para hacerlo", respondió con naturalidad.