Fútbol sala | Primera División LNFS

Betis Futsal | El nuevo reto de Ramón Martínez

Ramón Martínez, al fondo, se suma a una piña de sus futbolistas previa a un partido del filial verdiblanco.

Ramón Martínez, al fondo, se suma a una piña de sus futbolistas previa a un partido del filial verdiblanco. / RBB

Del primer equipo depende el filial, fiel proveedor cada temporada. Pero también viceversa, pues el equipo de categoría inferior podría incluso perder su hueco aun habiéndoselo ganado en el campo. Un descenso en el primer nivel sería fatídico para el futuro de la sección. Abajo, los chicos de Ramón Martínez son antepenúltimos, ocupando una de las tres plazas malditas. Sin embargo, para la sección bética de fútbol sala adquiere mucha importancia la labor formativa, como indica su propio técnico: "Somos el club que más jugadores de cantera está subiendo. El objetivo primordial del filial es surtir chavales al primer equipo".

Por su clasificación el año anterior, califica la temporada pasada como "una etapa cúspide en el filial", pero reconoce que ahora están en una "fase de reconstrución que lleva tiempo". Más de una decena de jugadores han dejado de pertenecer al bloque. "Ha habido un cambio generacional grande, este año toca un nuevo ciclo de jugadores", refiriéndose a salidas importantes como las de Álvaro Flethes o Charly a Burela, el japonés Gensuke a Bisontes Castellón, la del propio Pablo Otero, ahora con ficha del primer equipo, o la de su hermano Álvaro, que puso en stand by el fútbol sala profesional.

En ese desarrollo se encuentra el club. Deben volver a trabajar e inculcar el tipo de juego que quieren. A pesar de tener cubierta la categoría juvenil con el convenio con el CD Marqués de Nervión, "no hay la misma conexión que existía antes cuando era tu propio club. Pero tenemos la total seguridad de que el proceso va en la línea adecuada y tarde o temprano tendrá su recompensa, como se está viendo en el primer equipo".

Este cotidiano tránsito entre los dos bloques visibles del esquema verdiblanco es "nuestro éxito, más que el resultado". Es bastante habitual que hasta 3 ó 4 jugadores entren en la dinámica del primer equipo cada semana. Raúl López, pescado de O’ Parrulo hace varios años, "ha tenido una evolución muy acorde a lo que queremos. Está currando para ello, es el jugador donde la cantera debe mirarse".

También en Pablo Muñoz. Internacional en las categorías inferiores, llegó al Betis desde Málaga en edad juvenil. Su adaptación a "pasos agigantados" lo hace destacar en el mercado. Ramón, su tutor futbolístico lo ve como "un jugador distinto, con personalidad y capaz de jugar al mismo nivel con el filial que con el primer equipo". Gonzalo Starna, que tras la lesión del segundo portero Raúl Sánchez, también parece estar preparado para el salto. El guardameta argentino es el único extranjero entre ambos conjuntos. "Fue una apuesta de Rubén Cornejo", es internacional en las categorías inferiores con la selección albiceleste y, según su técnico, "creo que va a llegar a la absoluta de Argentina".

Bruno García es el último del eslabón, quien visibiliza todo el trabajo de detrás. El ex seleccionador de Perú, Vietnam o Japón está siempre pendiente de la cantera y de que los chavales estén lo más cómodos posibles. Existe una relación necesaria entre las dos cabezas visibles, la sinergia es "magnífica", según el técnico onubense que nos atiende.

La conexión además de ser continua es muy fluida. "Estamos constantemente valorando, nos vemos y llamamos casi a diario". Tras todas esas conversaciones existe una política de fichajes en la que sobre todo valoran "la calidad humana de cada jugador". Además del nivel deportivo, el club tiene en cuenta y fomenta "el valor Betis, el valor del escudo". En palabras de Ramón Martínez: "Deben cumplir una serie de valores importantes para nosotros, intentamos que vengan y que estudien". El segundo equipo se centra en aquello tan importante como formar personas antes que jugadores. Mirar más allá del fútbol sala.

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