Quizá la bola del Hannover 96 era la menos deseada de las 40 que le podían caer en suerte al Sevilla. Pero cayó. Y configuró una eliminatoria previa de esta Liga Europa de verdadera enjundia, pues el próximo jueves 18 y el jueves 25 se cruzan el cuarto de la pasada Bundesliga con el quinto de la última Liga. 

Si el comienzo de temporada de los sevillistas asomaba ya duro, con el derbi en Heliópolis para arrancar la Liga y el ambicioso y reforzadísimo Málaga una semana después en Nervión, la dificultad del pulso continental obligará aún más a la tropa de Marcelino a trabajar más, si cabe, durante estas dos semanas hasta que llegue el fútbol de verdad. Día 18, Hannover-Sevilla; día 21 ó 22 (si se retrasa al lunes), Betis-Sevilla; día 25, Sevilla-Hannover; y día 28 ó 29, Sevilla-Málaga. El nuevo proyecto de Marcelino puede recibir un fuerte impulso o un duro revés antes de que llegue el ya clásico parón de septiembre por los partidos de la selección española. 

Antes del sorteo, en los cenáculos sevillistas no eran pocos los que preferían que la ida de esta Liga Europa fuera en Sevilla, por aquello del temor a un largo viaje apenas unos días antes del derbi. Y si hubiera caído en suerte el modesto Zestafoni georgiano, por ejemplo, hubiera tenido su lógica esa opinión. Pero al caer la bola del Hannover, en el seno del club de Nervión saludan que la vuelta sea en casa. Lo reconocía el vicepresidente José Castro, que encabezaba la delegación del club en el sorteo celebrado en Nyon, Suiza: "El viaje a Alemania, tres días antes del derbi, es cómodo. Y si hubiese prórroga, es importante jugarla en casa. Además, se le podrá dar más descanso al césped, que tiene que ir recuperándose poco a poco de estos días de calor". 

Castro recordó un dato curioso de la temporada 2005-06, que él se toma como un posible guiño del destino: "También comenzamos la UEFA contra un equipo alemán como el Mainz 05 y acabamos siendo campeones". El que quiera ser supersticioso, tiene más puntos de conexión entre esa campaña y la actual: este Sevilla goleó 5-0 en su partido de presentación, como el de Juande hizo ante el Celta en 2005; el entrenador del Hannover es Mirko Slomka, que adiestraba al Schalke en aquella inolvidable semifinal, y uno de los centrales del Hannover es Pogatetz, que jugó con el Middlesbrough en la final de Eindhoven. Curioso, ¿no? 

Curiosidades al margen, lo único cierto es que el Sevilla tendrá que trabajar mucho para entrar en el sorteo de grupos de Mónaco y asegurarse por ello en torno al millón de euros.