Duelos, parejas y distancias
zaragoza | sevilla · A ras de hierba
Marcelino equilibra de forma exitosa los dúos de asociación en un sistema, el 4-1-4-1, que cohesionó más al equipo · El Sevilla, único invicto y el menos goleado a domicilio
El día después de la derrota ante el Athletic y después de analizar los movimientos de su equipo y los del rival en DVD, Marcelino hablaba de la importancia de los duelos individuales en un partido de fútbol. En aquel caso, decía el entrenador asturiano que en la batalla con los de Bielsa, sus jugadores los habían perdido (los duelos) casi todos.
Pero un entrenador de fútbol lo que busca y lo que debe encontrar es la fórmula para que los partidos no se decidan por duelos individuales. Los entrenadores huyen de las situaciones de uno contra uno. Sienten pavor cuando las sufren defensivamente y se frotan las manos cuando tienen enfrente a un enemigo que concede ese tipo de duelos. Por eso, un entrenador busca asociaciones para que sus futbolistas no se encuentren solos, para que en una batalla con un adversario puedan recibir la ayuda de un compañero.
En fútbol, igual que estos duelos, tienen mucha importancia las parejas. Equilibrar un equipo con las parejas bien compensadas supone tener o no tener cerca la victoria. El lateral con el central que tiene al lado, el central con su compañero en el eje de la defensa, el lateral con el extremo, los dos puntas, los dos medios centro, el organizador con el punta, el punta con el mediapunta... y así sucesivamente hasta confeccionar una red de parejas y combinaciones.
Marcelino cambió ayer el sistema de juego, el dibujo, pero también cambió muchas parejas. Con un 4-1-4-1 que diferenciaba el comportamiento y las distancias de los esquemas utilizados con anterioridad (4-4-2 y 4-4-1-1), el técnico puede decirse que acertaba en estas asociaciones y -algo muy importante- en los metros que había entre pieza y pieza. Con el cambio de sistema, Marcelino lograba que su equipo, de entrada, defendiera con un hombre más, con 9 futbolistas por detrás del balón. Ello era la causa de una notable mejoría en la recuperación de la pelota. Después, el equilibrio entre las parejas, a simple vista sobre todo en la primera parte, parecía más cuidado. ¿Explicaba eso el hecho de que Fazio jugara por el perfil izquierdo? Puede. El equilibrio era patente. Lateral más ofensivo (Coke) junto a central duro (Spahic); central con salida de balón (Fazio) con lateral seguro (Fernando Navarro). Tirando para arriba, las parejas se complementaban mejor en la derecha, donde Coke-Jesús Navas se entendían porque ambos atacan y defienden, mientras que no podía ser lo mismo en el lado opuesto. Allí, Perotti no recibía esa ayuda porque el catalán siempre prefirió guardar su viña antes que ayudar al extremo en ataque y de ahí, en parte, que el argentino fuera de los más flojitos en Zaragoza.
Pero había más parejas. Toque y fuelle con Rakitic y Trochowski, aunque en el sistema empleado ayer por Marcelino también tienen una importancia capital dos piezas deshermanadas que hacen la función de unir las dos líneas de cuatro. Ayer las desempeñaban Medel y Negredo, en ambos casos con gran acierto, en especial en la primera mitad.
Luego, el nivel físico bajó y el Sevilla sufrió más de la cuenta, contribuyendo también el hecho de que Marcelino tardara en realizar los dos últimos cambios, sobre todo el tercero cuando Rakitic y Perotti lo pedían a gritos. Era la forma de amarrar el resultado y una victoria que hace que el Sevilla, curiosamente criticado por su nivel en casa, sea el menos goleado fuera (2) y el único invicto a domicilio tras la derrota del Barcelona en Getafe.
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