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Ensayo con puntos

  • El Sevilla, entre refrenar y aprovechar la locura por la Copa en un duelo clave para engancharse. El ambiente, una prueba para la visita del Atlético.

Con la afición aún comentando el marcador más que potable para el partido de vuelta con que el Sevilla salió del Vicente Calderón y el consejo de administración, según reveló Del Nido, preparando ya los detalles de la organización de ese encuentro que puede salvar la temporada deportiva y económicamente, el equipo de Unai Emery vuelve a la Liga con otra cara. Al son del técnico guipuzcoano, este grupo tristón y con ramalazos cadavéricos en el mandato de Míchel se ha vuelto agresivo, ambicioso y competitivo hasta el punto de enganchar a una afición que se estaba retirando peligrosamente de al lado de los suyos.

El sueño de meter la cabeza en la final de la Copa del Rey es algo con lo que no contaban los aficionados sevillistas, que ya se afilan las uñas para la visita del once de Simeone el día de Andalucía. Pero, mientras eso llega, los profesionales tienen ya cambiado el chip para la Liga, una competición que tiene a Emery obsesionado. Uno habla con el técnico y palpa sus ganas y todas las cosas que quiere hacer, aunque, sobre todo, se ha tomado como un reto personal volver a enganchar al equipo en la zona alta de la clasificación en el torneo de la regularidad. Por ello, el choque de hoy se antoja primordial.

Primero porque va a ser una ensayo general para el Sánchez-Pizjuán con vistas a la mitad de la semifinal que aún queda por jugar con el Atlético, un partido histórico que concitará en el coliseo nervionense un ambiente espectacular. Hoy, por las medidas tomadas por el club en cuanto a abaratamiento de entradas y por las ganas que tenía la afición de disfrutar del fútbol en una tarde de domingo (el último fue el Sevilla-Villarreal que le costó el puesto a Marcelino hace casi justo un año), las gradas del estadio ofrecerán un aspecto comparable al derbi o a las mágicas noches vividas esta temporada ante Real Madrid y Barcelona.

Segundo, porque precisamente esta noche habrá pasado para el Sevilla una vuelta entera de esos dos últimos duelos y le tocará visitar los dos estadios más temidos de España, el Santiago Bernabéu y el Camp Nou, en los que pocas cuentas con puntos se puede hacer. En román paladino, que el Sevilla necesita con urgencia sumar tres puntos para ir recortando distancia con los de arriba y para lo que pueda llegar. El ejercicio requiere olvidar la ilusión de la Copa o a lo mejor no, porque puede ser una manera de ir practicando. En una temporada en la que el divorcio entre equipo, dirigentes y afición -por variados motivos- ha sido patente y manifiesto, la visita del Rayo reúne todos los condicionantes para recordar que Nervión siempre fue una olla a presión que ablanda a sus visitantes. Mirado así, el espectáculo de hoy debe servir de ensayo general para ese partido de vuelta tan esperado ante el Atlético.

Si hablamos de nombres propios está claro que el portugués Beto se lleva la palma en cuanto a concitar el interés de la hinchada. El portero debutante en el Calderón demostró oficio y tener los pies bien plantados en el suelo con sólo un entrenamiento junto a sus compañeros, a los que parecía conocer de toda la vida. Se presenta en casa y la verdad es que hay ganas de verlo, igual que hay ganas, como en otros tiempos, de volver a llevar en volandas al equipo hacia la victoria. La verdad es que hay que darle muy poquito a esta afición para que responda como sabe. El Rayo, con ocho puntos por encima y más descansado que los locales, será un enemigo peligroso, precisamente de esos que le hace daño al Sevilla en Nervión, pero el ambiente, las ganas, la euforia y la ilusión también juegan. Es un ensayo para la noche del Atlético, pero un ensayo con puntos que son vitales en juego.

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