Rugby l Liga Súper Ibérica

La Federación y los clubes reaccionan

  • Pacto con Portugal para ampliar la Copa Ibérica y contrarrestar el efecto de la liga por franquicias

La denominada Liga Súper Ibérica, el proyecto de rugby profesional por franquicias puesto en marcha por un empresario sevillano, ha tenido la virtud de aguijonear al anquilosado mundillo del balón oval español, que enseguida ha reaccionado para no perder su posición. Llegue donde llegue el asunto, este efecto benéfico no se lo puede negar ya nadie. Así, la Asociación de Clubes de Rugby española (ACR) y la federación nacional han tomado una iniciativa encaminada a fortalecer la Copa Ibérica.

Esta competición, ganada por el hoy Cajasol Ciencias a mediados de los noventa, se disputaba a un partido entre los campeones de España y Portugal, hasta que la pasada temporada se amplió su formato a un cuadrangular para dar cabida también a los subcampeones, lo que va a permitir al club sevillano participar en su próxima edición. Ahora, tras la reunión mantenida en Lisboa por los responsables de la ACR -su presidente Manuel Martín y su tesorero, el dirigente científico Antonino Parrilla- con el presidente de la Federación Portuguesa de Rugby, Didio de Aguiar, la idea es engrandecerla hasta los ocho participantes, cuatro por nación.

La ACR hizo público, después de ese encuentro, un comunicado de tono beligerante hacia la Liga Súper Ibérica, pues recordaba que ésta está "fuera de la estructura de las competiciones federativas" y advertía que International Rugby Board, máximo organismo de este deporte a nivel mundial, "apoyará la Copa Ibérica". De todos modos, sea con un formato u otro, el rugby español se ha dado cuenta de que sus estructuras decimonónicas deben quedar superadas. Por fin.

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