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Iago Aspas mantiene el mejor promedio de goles

  • El gallego, en la picota por sus yerros en Granada, marcó sus siete goles saliendo como titular

El fútbol y los goles de Deulofeu y Gameiro y el exitoso regreso de Iborra después de dos meses y medio fueron las notas positivas del triunfo del Sevilla en Granada. En el lado negativo quedaron las dudas que siguen dejando los centrales suplentes y los yerros ante el gol de Iago Aspas. El atacante gallego no tuvo fortuna en Los Cármenes. Tuvo tres ocasiones de gol, una muy clara, y esas oportunidades desperdiciadas para reivindicarse llegaron precisamente después de su pataleta en el Sevilla-Granada, cuando regresó al banquillo entre protestas después de que Unai Emery gastara su último cambio metiendo a Gameiro en el campo. Esto ha puesto al ex céltico en la picota de las críticas, si bien cabe matizar que en Granada ofreció de nuevo destellos futbolísticos que a veces pasan desapercibidos.

En su defensa, ante un exceso de críticas guiadas por el oportunismo de esos fallos al hilo de su protesta, habría que recordar que Iago Aspas continúa manteniendo el mejor promedio goleador de los atacantes sevillistas. En concreto, ha marcado siete goles en 13 partidos, a razón de 0,54 goles por partido. Además, el futbolista de Moaña exhibe esta estadística en muy pocos minutos, pues sólo acumula 473, y en la Liga apenas 79 en seis partidos.

Bacca, el máximo artillero sevillista, es el que lleva el segundo promedio: 0,48. El colombiano es uno de los jugadores que más partidos y minutos acumulan de toda la plantilla de Emery: 11 goles en 23 partidos (1.597 minutos). Lo sigue Gameiro, con 0,38 goles por partido, gracias a los seis que ha marcado en 16 apariciones (770 minutos).

Iago Aspas ha marcado todos sus goles en las escasas ocasiones que ha sido titular, cuatro: sendos tripletes ante el Sabadell en la Copa y otro gol en Rijeka. Sólo en Rotterdam se quedó sin marcar saliendo en el once inicial.

El futbolista gallego, hombre de altibajos emocionales, continúa esperando que Emery le dé más oportunidades. En Granada tampoco fue titular, jugó media hora y dinamizó el juego de ataque sevillista. Participó prácticamente en todos los contragolpes que sacó el Sevilla, que no fueron muchos, desde su salida al campo y se puso tres veces de gol. La primera, a pase de Aleix Vidal, llegó muy forzado y se topó con Roberto. La segunda, a pase de Gameiro, tuvo tiempo de pararla y ajustarla, pero se le fue fuera por poco. En la tercera lo traicionó su tendencia a lanzar con la izquierda. Ante Roberto de nuevo, optó por el suave tiro exterior cuando lo lógico era un disparo con la derecha.

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