Lo tremendamente fluctuante que es el fútbol o, mejor dicho, que son sus sensaciones se pone de manifiesto en la situación en que a día de hoy está el crédito de Gregorio Manzano en la cabeza de los que toman las decisiones en el Sevilla. Si hace sólo unas semanas en muchos foros se daba por sentado prácticamente sin discusión que el jiennense estaba sentenciado a partir del 30 de junio -se decía que los resultados incluso acelerarían su marcha- y que Joaquín Caparrós iba a ser su sustituto, a día de hoy el de Bailén está más cerca de recibir una oferta de renovación para la próxima temporada que de dar por cerrado su ciclo.

La idea de la mayoría de los miembros del consejo con capacidad ejecutoria es prolongar el proyecto Manzano un año más si el Sevilla se clasifica para la Liga Europa; es decir, que un séptimo puesto significaría la renovación del técnico, aunque las prestaciones que está dando el equipo desde la llegada de los nuevos y la recuperación de algunos jugadores anima a pensar que la nota final puede ser perfectamente el quinto puesto y, si hay una pizca de suerte, incluso la cuarta plaza.

Esta afirmación resulta llamativa precisamente en el momento en el que el Sevilla visita San Mamés y Manzano se enfrenta al equipo de Caparrós, pues se daba la cita de esta noche como uno de los partidos con más morbo de los últimos tiempos precisamente por este enfrentamiento entre técnicos. Pero la verdad de todo es que, si bien la respuesta de Del Nido a una pregunta en una entrevista en El Correo vasco encendió indirectamente la mecha, ni el utrerano es el perfil exacto que piensa el Sevilla para su presente y su futuro inmediato ni está en disposición de moverse en las cantidades que Caparrós percibe en el Athletic.

Igual que ahora, todo puede cambiar de aquí a un mes dependiendo de los resultados y los tres próximos rivales, Athletic, Barça y Valencia, pueden volver a sembrar el desánimo, pero, a día de hoy, Manzano renovaría si el Sevilla se mete al final de Liga en Europa. Aunque en el club reconocen que en el transcurso de los partidos ha podido exhibir alguna carencia y que el planteamiento en alguno no fue el más acertado, creen que tiene más valor la labor de pasillo, de club, y lo que está haciendo en el vestuario de puertas adentro, así como que se encontró a una plantilla bastante descentrada que está sabiendo reconducir con mano izquierda pero firme al mismo tiempo. Además, Del Nido y Monchi (por citar a los que más poder acaparan en el plano deportivo) consideran que la verdadera medida del nivel de Manzano hay que valorarla a partir de febrero, cuando han llegado Medel y Rakitic, y cuando se han sumado Jesús Navas, Fazio, Sergio Sánchez o hasta Perotti.