Mel, obligado a un reciclaje
La derrota en San Mamés devuelve la incertidumbre al equipo. El estado del terreno de juego y la baja de Rubén Castro, más condicionantes para la alineación.
Pepe Mel está obligado a un nuevo reciclaje. El técnico madrileño, excepción hecha de competiciones que pueda en un momento dado considerar como menos trascendentes (Copa del Rey, Europa League), no es muy amigo de los cambios en la alineación. Si se hiciese una división entre los entrenadores que rotan por devoción o convencimiento (Tata Martino) y los que lo hacen por obligación (Diego Simeone), Mel se asemejaría más a éste último.
Suele notar que el equipo necesita cambios, pero le cuesta realizarlos y, a veces, se ve obligado un partido después a poner sobre el tapete lo que tenía pensado, e incluso trabajado ya con anterioridad. No es un defecto, ni tampoco una virtud, aunque a veces, en función del resultado, pueda parecer una cosa o la otra.
Frente al Athletic repitieron diez futbolistas del anterior encuentro ante el Granada. Sólo dejó fuera a Vadillo, que llevaba tres encuentros seguidos jugados, e introdujo en su lugar a Chuli. El juego no fue del todo bueno ante el equipo nazarí, el resultado tampoco y quizá se antojaban necesarios tres o cuatro cambios y otros tantos mañana frente al Villarreal. Mel, quien frente al Lyon introdujo diez novedades, mantuvo el jueves el bloque en San Mamés para un partido que se preveía intenso, como luego resultó.
Ahora, tras la derrota ante los bilbaínos y en una situación en la tabla delicada, se ha quedado sin apenas margen, pero los condicionantes y los problemas que halla en su camino, como el pésimo estado del terreno de juego o a la continuada baja de Rubén Castro, lo están obligando también a variar algunos de sus planteamientos.
De momento, el canario será de nuevo baja para el partido de mañana ante el Villarreal. Rubén Castro, que colgaba en su cuenta de Twitter una fotografía viendo el Athletic-Betis por televisión con unos amigos, podrá tomar una nueva instantánea parecida mañana a las nueve de la noche. Los médicos han optado por ser prudentes ya que no le remiten los dolores y van a ir despacio con su recuperación. De momento, un poco de gimnasio y el lunes, contacto de él y los médicos del Betis con el doctor Enric Cáceres para programar el trabajo de la próxima semana, circunstancia que prácticamente lo descarta también para jugar el jueves en Rijeka y el domingo siguiente en Getafe. Su futuro, si todo va bien, apunta al Elche, el 20 de octubre tras el parón.
En principio, si su estado no empeora, no hay por qué temer una tercera infiltración en la L-5, algo que ocurriría en caso de un retroceso llamativo o si cuando regrese al entrenamiento con balón sufriese un nuevo pinchazo.
Así, en ataque Mel tiene escaso margen. Jorge Molina seguirá como ariete y entre Juanfran, Chuli, Cedrick y Vadillo elegirá a dos, con muchas opciones para el puertorrealeño de regresar al equipo si las lluvias aconsejan su fútbol, ya que al ser un jugador que basa el juego en regates y conducciones necesita un piso en buen estado. Incluso Braian, dada su pericia en el juego aéreo, podría disputar muchos minutos si Heliópolis se va convirtiendo en un barrizal.
Dídac, alto y potente, y más con las molestias de Nacho, es otra posible novedad, al igual que los centrocampistas, línea en la que habrá uno o dos cambios seguramente. Reyes, Verdú y Nosa Igiebor albergan opciones de entrar en el equipo.
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