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Prohibido demorarse más

  • El Sevilla llega a la fase decisiva a la que tanto aludía Luis Aragonés muy lejos de su objetivo y eso le obliga a derrotar al Sporting · El buen juego tiene que traducirse en resultados.

El Sevilla no puede esperar más si de verdad, como dice el mismo Gregorio Manzano, aún aspira a pelear por la cuarta plaza de la competición liguera. Se entra hoy de lleno, con la visita del Sporting de Gijón al Sánchez-Pizjuán, en el famosísimo "último tercio" al que tanto aludía Luis Aragonés cuando se refería a la fase del curso en la que se decide todo. Y esto, nada más y nada menos, quiere decir que o la máquina arranca de una vez por todas o corre el peligro de quedarse calada en el momento trascendental. Está absolutamente prohibido demorarse más si el objetivo sigue siendo ambicioso.

Para Gregorio Manzano, pues, ha llegado el tiempo del examen definitivo. Porque la trayectoria del entrenador jiennense en el Sevilla puede analizarse con un antes y un después del 31 de enero, fecha en la que concluyó oficialmente el denominado mercado de invierno. Hasta ese día el técnico podía agarrarse a mil razonamientos sobre la profundidad de una plantilla cogida con alfileres en muchos casos. A partir de entonces, con las contrataciones de Medel y Rakitic, además de los fichajes de Fazio, Sergio Sánchez y Jesús Navas, el entrenador de esta plantilla contaba con una baraja de naipes suficientemente capacitada para más altas cotas.

La cuestión es acertar de una vez por todas con la combinación de esas cartas y ganar, sobre todo ganar. Eso, al fin y al cabo, es lo fundamental en el fútbol, un deporte que no entiende de otra cosa. De nada vale dejar pinceladas de buen juego un partido sí y otro también, tal y como solicitaban los románticos, esos aficionados, ese entorno en el más amplio sentido de la palabra, que establecen con la boquita chica que lo que realmente les enorgullece es que su equipo trate bien la pelota, si al final no hay tres puntos más en el casillero. Si hay que ganar con tackle, se consigue el objetivo y punto, lo demás pertenece al reino del bla, bla, bla al que se acude excesivamente en el fútbol hasta que canta la gallina, es decir, cuando se juega bien y no se gana más veces de las que se empata o se pierde. Entonces todos esos románticos del entorno dejan de pensar en la belleza y sí censuran con rabia al resultado que no llega. Normal.

Pues el Sevilla, más o menos, está en esa fase en la actualidad. Juega bien, al menos si se entiende por ello sacar la pelota a ras de césped y tratarla con cierto criterio e incluso llega momentos en los que es superior a sus rivales. El problema es que olvida más veces de la cuenta otra faceta básica para jugar bien un partido de fútbol, que es defender, imposibilitar que el rival también pueda hacerle daño. Aquello de la manta que te tapa por arriba o te descubre por abajo a lo que aludía tantas veces Joaquín Caparrós cuando establecía que lo fundamental en este deporte para llegar a los objetivos es alcanzar el equilibrio.

En ésas está Manzano desde hace varios meses y el problema para él es que el tiempo transcurre sin que los resultados lleguen de una vez por todas. Así que este partido frente al Sporting de Gijón, el primero del último tercio, se antoja como fundamental para que todo cambie definitivamente. Para empezar, hay una cosa positiva que puede ser que la alineación de los sevillistas comienza a ser reconocible. Claro que se pueden realizar dos o tres retoques en pos de refrescar a las piezas, incluso es necesario que sea así, pero la columna vertebral está cincelada con Fazio, Escudé, Fernando Navarro incluso, Medel, Rakitic, Jesús Navas, Perotti y dos de los tres delanteros. Quedarían un par de vacantes para el guardameta, que, pese a los méritos contraídos por Javi Varas, parece para Palop tras la recuperación del valenciano por el respeto que merece su trayectoria, y otra en el lateral derecho. Ésa ya es más complicada, pues por ahí le están llegando al Sevilla muchos de los problemas defensivos en los últimos tiempos. ¿Medel? Sería desnudar a un santo para vestir a otro, pero dentro de las mil combinaciones tal vez sería más positiva la enésima con Alexis, ausente de la lista Sergio Sánchez, en el centro de la zaga y Fazio como pivote defensivo para que el chileno ayudara en el costado derecho. Es otra posibilidad, con la ventaja de que como no ha sido utilizada por Manzano, pues aún no ha podido fallar, pero la decisión corresponderá al entrenador.

No parece, sin embargo, que en los tiempos que corren la cosa esté para muchos experimentos y lo único que sí sería seguro es que Kanoute retornará al once después de haberse recuperado de esas molestias musculares que le impidieron estar en Madrid. El resto será muy similar y sería una sorpresa que Manzano refrescara mucho su equipo más allá del lateral, con la duda de Dabo, la posible entrada de Diego Capel por Perotti en el extremo izquierdo y el delantero que le deje su sitio a Kanoute. Con esos mimbres, el Sevilla está obligado a ganar; no se olvide que está prohibido demorarse más.

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