Pronto para exámenes

En otras circunstancias el sevillismo quizá podría recibir a su equipo de otra manera después de dos empates fuera de casa, uno en la Liga y otro en Europa. Pero no está el horno para bollos, aunque sea de cara a la grada, porque el presidente ha mostrado su apoyo públicamente al entrenador. No obstante, éste por dentro sabe muy bien lo que hay viendo cómo últimamente celebra los goles de su equipo. Si el cuerpo técnico ve suficiente esos signos de "crecimiento" que Emery ha referido en sus últimas ruedas de prensa y acumular cuatro partidos sin perder, está claro que para el resto no lo es.

Ha significado otro aldabonazo en el crédito del guipuzcoano el haberse dejado la victoria en Valladolid con la renta con que llegó al descanso y la imagen ofrecida en la República Checa no ha arreglado la situación, con lo que este Sevilla-Osasuna en la matinal se presenta con una superficie bastante rugosa para el entrenador más que para nadie, dado que empieza a jugarse ya más que el propio Sevilla a estas alturas de la competición.

Y no es normal esta situación. No debería, pero Emery ha logrado que se esté en este punto. Con sus decisiones primero utilizando un sistema de juego que desprotege la defensa, con la tardanza después en hacer los cambios, con la elección de los mismos y con algunas señales puntuales de falta de ambición (el cambio de Gameiro en Valencia o echar al equipo atrás con 0-2 en Pucela), él solito se ha metido en este jardín del que sólo saldrá si el Sevilla enlaza de una vez por todas victorias, consigue ganar algún partido fuera de casa y tira para arriba en la tabla.

La paciencia se está acabando y no hay posibilidad de escudarse en carencias en la plantilla porque Emery tiene jugadores de todos los colores y en todos los puestos y lo único que esperan tanto rectores como aficionados es que el Sevilla gane y hasta les da igual que lo haga jugando bien o jugando mal. Nada de esto que se está diciendo aquí quiere decir que el técnico se esté jugando el puesto -ojo-, sino, simple y llanamente, que sus jefes están esperando a que rinda como se esperaba de él cuando se le encargó el proyecto y que, a todas luces, ya va con retraso.

Si hoy hace los deberes bien ante Osasuna, pues todo volverá a la normalidad, al menos hasta el siguiente compromiso, que ésa es otra, pues si el resultado del Sevilla en el Bernabéu quizá no sea una vara de medir para Del Nido por el potencial económico y deportivo de los merengues, para él siempre sí fue muy importante la imagen que ofrezca su equipo en semejante escenario.

Con la visita de Osasuna, ya serán muchos los equipos de la zona baja de la tabla que hayan visitado el Sánchez-Pizjuán y la verdad es que pocas veces el Sevilla ha sacado su partido adelante con solvencia e imponiendo su superioridad de plantilla. Aunque no estaría de más recordar que este equipo hizo tropezar al Barça en la última jornada (0-0).

Será también un duelo en el que el regreso de Rakitic, el jugador más desequilibrante en el tramo inicial de la temporada y el que ha condicionado el sistema de juego y un debate por su posición, hará que Emery tenga que variar algunas cosas con respecto a los dos planteamientos anteriores. De entrada, en la defensa las bajas de Cala y Fazio, los dos centrales que tiene para su perfil diestro, van a hacer que deba alinear a un eje inédito, probablemente con Pareja y Fernando Navarro y con alguna opción para Carriço, aunque el portugués parte en el esquema del técnico en la nómina de medios centro.

Y en esa posición, quizá donde más opciones puede tener el técnico por número, es donde puede estar la gran incógnita. Con M'Bia recuperado, Emery dispone ahí de varias opciones: el propio Carriço, que jugó a buen nivel en Valladolid hasta que tuvo fuelle, Iborra, Cristóforo... y el mismísimo Rakitic, a quien el técnico prefiere más partiendo desde atrás que como mediapunta, sobre todo jugando en casa. También ha ganado en efectivos en la línea de tres cuartos con la recuperación de Reyes, de Vitolo y de Perotti aunque no esté Marko Marin, mientras Jairo debe estar fresco y puede decirse que tiene sitio asegurado. Arriba, Gameiro es el titular, pero puede pasar de todo con Bacca. Incluso que jueguen los dos.

De una manera o de otra, el Sevilla necesita ganar, aunque Emery puede que más para reconstituir un crédito que muchos coinciden en que se lo ha complicado él. El horario, extraño pero que invita a disfrutar del fútbol con la familia, puede hacer que Nervión presente un buen aspecto y que el Sevilla tenga a su favor un ambiente festivo y propicio para que todo se dé según lo previsto. Lo contrario sería complicarse aún más, dejar que los rivales sigan ganando distancia y poner los nervios a flor de piel. Y es pronto para ello.