La derrota del Colo Colo en la semifinal del Torneo Apertura chileno por 4-0 ante la Universidad Católica fue, salvo giro inesperado de la situación, el último partido de Bryan Rabello con su actual club. Está previsto que en el Sevilla se haga oficial el fichaje del joven chileno, una vez que ha terminado su participación con Colo Colo en partidos oficiales y que su contrato está a punto de expirar.

Sin embargo, en la entidad chilena no ha sentado nada bien la marcha de Rabello. En Colo Colo no se entiende que el Sevilla sólo tenga que pagar los derechos de formación de un futbolista que llevaba seis años en las categorías inferiores del club y que apenas había disfrutado de minutos como titular hasta hace un par de meses.

"Algo pasa cuando los jugadores se están yendo tan fácil sin triunfar en su equipo, el que los forma, algo está pasando ahí", declaraba un directivo del club anoche. Como siempre ocurre con la salida de jóvenes promesas, sea el país que sea, la figura del representante es señalada como culpable. Por ello desde el Colo Colo se están tomando las medidas para que, hasta la mayoría de edad, sólo los padres de los futbolistas sean quienes orientan sus carreras.

No se queda todo en la teoría, ya que además de haber mantenido reuniones con el sindicato de futbolistas chilenos, el Colo Colo se tomó como medida en la última semana cerrar con rejas todas las instalaciones anexas al Monumental donde entrenan y juegan las categorías inferiores. Por ejemplo, el viernes pasado se disputó la final del torneo de cadetes y el campo, según dicen, estaba lleno de externos, "muchos de ellos representantes, que hacen que los jugadores se desvíen de su objetivo".

Si estas medidas triunfan, puede que la salida de Rabello sea la última fuga que se produzca de jóvenes chilenos antes de la mayoría de edad al extranjero, una práctica que tristemente se ha vuelto habitual en el mundo del fútbol y que el propio Sevilla ha sufrido en sus carnes recientemente.