Refrendo en cuesta de enero
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El Betis debe empezar a confirmar en Zaragoza las buenas sensaciones de 2012 en un mes que le llega cargado y algo alborotado Salva Sevilla por Rubén Pérez, único cambio
La Liga vuelve esta noche en La Romareda y con ella, el Betis en escena. El equipo que adiestra Pepe Mel se ha convertido en una de las golosinas de las televisiones y más le valdría afianzar esa plaza europea que hoy ostenta si no quiere acabar jugando la próxima temporada incluso un Jueves Santo de madrugada, que la cosa está derivando en capaz de vaciar estadios y acabar con el más bello de los juegos, el fútbol, que hogaño, por cierto, es casi todo menos un juego.
Pues, eso, los verdiblancos, que jugaron el último día de la anterior jornada, abren la presente ante el Zaragoza, con muy poco tiempo para preparar el partido por las vacaciones de Navidad, la pausa de Nochevieja... Aunque eso no es excusa cuando el rival, el equipo de Manolo Jiménez, puede esgrimir idénticas circunstancias.
Ha abrochado el Betis un 2012 para enmarcar. Un año que en sus albores le sirvió para acabar de escupir una gran crisis deportiva que pudo acabar con el invento, que halló en su ecuador el premio de una balsámica victoria en un derbi en Nervión y una clasificación holgada y que, tras otro clásico pero de infausto recuerdo, ha finalizado en los puestos de honor de la clasificación.
Junto a la pujanza y la firmeza del equipo que ha ahormado esa especie de entrenador milagrero apellidado Mel, hay que situar con vistas al pleito de hoy la brillante trayectoria del equipo lejos de Heliópolis. El Betis, en ese giro pragmático que ha experimentado su fútbol, ha hallado, gracias a su verticalidad y pegada, unos resultados inimaginables a domicilio, al punto de haber ganado cinco partidos, empatado uno y perdido apenas dos, aunque de modo categórico en La Rosaleda y Nervión.
Se enfrenta, además, a un rival, el Zaragoza, al que le ocurre algo similar pero que está dos escalones por debajo porque en La Romareda es poco fiable. Sin firmar tablas con ningún adversario, el equipo del técnico de Arahal ha ganado tres partidos en casa y perdido hasta cinco...
Con todo, el partido es complicado. El Betis echará de menos la punta de velocidad de Juan Carlos, quien además albergaba el plus de motivación de querer demostrarle a Jiménez que debió contar más con él en las alineaciones, y el Zaragoza, pese a los malos resultados, suele conceder poco atrás, sobre todo cuando juega Loovens. Es decir, es de esos equipos a los que hay que ganarlos, no de los que caen como fruta madura por sus propios fallos.
Versátil, se siente a gusto con el balón, pese a que a Movilla le reste ya poco fuelle, como sin él, lo que lo hace doblemente peligroso. Y, sin generar muchas ocasiones de gol, pisa área con peligro. En definitiva, un buen equipo, muy similar al Betis aunque quizá con un punto menos de calidad y con un técnico que si Mel es milagrero, qué decir de lo que hizo el sevillano la temporada pasada en tierras mañas y el recto caminar con el que discurre su presente...
Mel no va a mover mucho el equipo pese a la derrota última frente al Mallorca. Le faltan Álex Martínez y Juan Carlos y el músculo de su gente está fresco tras dos semanas sin jugar. Así, escarmentado ya de jugar con Cañas y Rubén Pérez juntos, será Salva Sevilla quien regrese al equipo inicial en lugar del astigitano. Tampoco tiene muchas más variantes y sería sorprendente la entrada de un extremo más en el equipo.
El virgitano, además, es pretendido por Jiménez y también querrá lucirse ante él para que en verano redoble esfuerzos. Y el Betis ganará con ello más presencia en el mediocampo, aunque jugase caído a la derecha, y que Beñat, más libre, pueda desengancharse de vez en cuando.
Pero sean cuales sean las armas tácticas de unos y otros, el partido representa, principalmente para los verdiblancos, un esfuerzo mental por seguir creciendo como equipo y demostrar, como en Vigo recientemente, que estamos ante un equipo ganador, al que escuecen las derrotas y que es fiable en pos de su nueva aspiración europea. Salvado ya, ése es su reto.
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