Salash, el estallido de otra estrella
Monclova y Pino, técnicos de la cantera, y su compañero Corrales hacen el perfil de la joya bielorrusa.
Muy inteligente, extremadamente frío, brillante ajedrecista, bielorruso... Cualquiera podría pensar que el perfil se asemeja a un agente del KGB soviético. Todo cambia cuando se añade que juega al baloncesto y cuenta sólo con 17 años. Maxim Salash (6-5-96) ha irrumpido con fuerza en el panorama de talentos continentales después de liderar al júnior del Cajasol al título en el prestigioso Torneo Ciudad de Roma cuando languidecía 2013.
Sus portentosas actuaciones -con un promedio en cuatro partidos de 19,8 puntos, 8,8 rebotes y 25 de valoración- le valieron para ser elegido mejor jugador de la cita en la capital italiana. Es el nuevo diamante en bruto que pule desde hace justo un año el Cajasol. El ala-pívot de 2,06 metros tiene un carácter retraído y se le dan bien los libros -va un curso por delante de los chavales de su edad y cursa ya estudios universitarios, examinándose por internet-. Aunque a estas alturas cualquiera puede errar, tiene pinta de que más pronto que tarde hará sus primeros pinitos en la ACB. Ya hizo la pretemporada con el grupo de Aíto.
Pasó por las manos de Juanma Pino en el júnior y ahora está a las órdenes de Rafa Monclova también en el filial. El base Guille Corrales también da su punto de vista sobre Max.
"Es un chico con potencial para estar en primera línea, la cabeza visible de unos cuantos que están en buena posición para subir al equipo de la ACB. Le falta cerrar su formación física y técnica, pero ha demostrado en Roma ante rivales de primer orden europeo que tiene mucha capacidad", explica Monclova, que lo define como "un cuatro que abre el campo, con buena mano. Necesita ganar peso aunque dentro hace daño. Es versátil y competitivo. Técnicamente está bien y cuenta con muy buena ética de trabajo, con disciplina. Es de los mejores de su generación jugando de espaldas. También pasa bien y lee el juego. Es completo".
Pino, su primer entrenador en España hace 12 meses, ratifica la descripción de su sucesor en el júnior. "Además, tiene técnica individual con un buen juego de pies por dentro y se crea sus propias canastas. Coge rebotes defensivos y, cuando está enchufado, hace daño con los ofensivos. En ataque destacaría tres puntos: el movimiento de pies en el poste bajo, que puede meter de tres y tiene facilidad para echar el balón al suelo con ambas manos. En la final del Andaluz contra el Unicaja la pasada temporada sacó un dos más uno con una penetración con la izquierda que fue muy importante para ganar. ¿Déficit? Tiene que ser más sólido y constante todos los días. Y endurecerse en defensa. Es competititivo, pero hay que serlo a diario. Ahora es el momento más decisivo. En unos meses dará el paso a sénior y a ver cómo se adapta. Todo el mundo está muy contento con él".
Corrales define a Salash como "un chaval tímido; como llegó a mitad de temporada el año pasado le costó más, pero después se fue adaptando y fue importante a final de curso. Le cuesta un poco hablar y dentro del campo también, pero es buen tío. No le gusta demasiado salir y casi siempre se quedaba en la residencia con Pavel (Lebedintsev) y Vladi (Orlov), aunque alguna vez lo llevamos a la Feria. Cuando vencimos al Unicaja en el Andaluz, tomó las riendas al ser eliminado Kris (Porzingis). Creo que puede llegar alto si trabaja. Jugando le encanta abrirse y cuando juega de espaldas tiene un buen gancho".
Aunque no sean similares, es recurrente la comparación con Porzingis. "Es otro tipo de jugador. Max no es tan alto ni tan fibroso, pero pueden ser parecidos cuando salen fuera", sostiene Monclova, quien apunta sobre su personalidad que "es muy, muy introvertido. No en vano, sólo lo he visto sonreír en Roma. Es de carácter seriote, currante, pero no la alegría de la huerta. Tiene buen trato con los compañeros, pero siempre con el freno de mano puesto. Es muy de Bielorrusia y el cambio es duro. A mí no me da ningún problema, algo básico para un entrenador".
A Pino no se le olvida una anécdota nada más llegar a España para quitar hierro a la frialdad del chaval de Europa del Este: "Se incorporó con nosotros directamente en el Torneo de Hospitalet, sobre el 3 de enero de hace un año. No pudo jugar porque no había llegado una documentación. Como anécdota puedo contar que es un jugador bastante caliente, lo vive mucho. Allí se sentaba al final del banquillo, junto al fisio, que le preguntaba si tenía ganas de jugar y Max, en inglés, decía resoplando que estaba como loco por hacerlo. Y eso que acababa de conocer a sus compañeros. La evolución de Porzingis puede ser contraproducente para él al pasar de júnior a profesional tan pronto y hacer ya varios partidos buenos en la ACB. Eso no es lo normal y Salash tiene que ir paso a paso. Está en el camino y ha de ir quemando etapas".
Salash se escapa por velocidad de su defensor en un partido en el torneo de Roma.
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