Las dos Supercopas, la de Europa y la de España, han subido la temperatura de la afición sevillista, ya de por sí muy pasional. Dos detalles sirven para medir cuál es el estado de ebullición del sevillismo en plena canícula estival. Por un lado la festiva y animosa despedida del equipo en la ciudad deportiva, y por otro lado, el cartel de no hay billetes para el Sevilla-Barcelona del domingo que viene. Ni siquiera las altas temperaturas que se están padeciendo en la capital hispalense, prácticamente vacía mientras las playas están atestadas de gente que huye del calor, privó a la expedición sevillista de verse rodeada y alentada por los suyos. Eso fue a las doce del mediodía, poco después, el club anunció el primer no hay billetes del curso.

Centenares de aficionados se dieron cita en el lugar de entrenamiento habitual del Sevilla para insuflar ánimos antes del viaje a Trondheim. El gentío se agolpó a la salida de la zona de vestuarios donde los 22 elegidos por Jorge Sampaoli tuvieron la última sesión de entrenamiento a puerta cerrada, desafiando las altas temperaturas. Los cánticos y el colorido sirvieron de dulce despedida a los futbolistas, muchos de los cuales vivieron por primera vez este tipo de actos.

A esa misma hora se estaba agotando el escaso papel que el club puso a la venta por internet para el primer partido en Nervión, todo de las zonas caras de Preferencia, pues el resto del aforo está completo por los socios.