Getafe-sevilla

Se agotan los (des)calificativos (1-1)

  • El Sevilla vuelve a dejar escapar la enésima ocasión de ganar fuera de casa y revive a un horrible Getafe hasta terminar encerrado desaprovechando el pinchazo del Villarreal.

Una salida más sin ganar. La próxima es el Bernabéu. Domingo de Ramos. No habrá Paz, difícilmente Estrella y seguramente haya Amargura. Antes recibirá al Villarreal en una cita clave total, y eso que esta vez volvió a dejar escapar la enésima ocasión clamorosa para ganar lejos del Pizjuán. Empate resuelto al final con una impresión última lamentable, absolutamente encerrado después de haber permitido un gol en contra descalificante. Incomprensible. Le costó una vida llevar peligro a un rival con siete derrotas consecutivas y cuando consiguió marcar se empeñó en seguir siendo el único club de una gran liga europea que no ha ganado fuera. Le iguala el Verona italiano, con pie y medio en la Serie B.

Esta vez, ni siquiera fue superior. La impresión general del Sevilla fue de tener tantos frentes abiertos que los esfuerzos deben controlarse, y que cada vez que apretaba un poco el Getafe amenazaba ruina. ¿Cuántas veces se habrá podido decir esto del Sevilla fuera de casa? Demasiadas...

Los cambios no terminaron de cuajar, Carriço no está cómodo en el centro, Diogo titular de repente, los laterales estuvieron desaparecidos, Gameiro apenas intervino, Emery tuvo que quitar a N'Zonzi para no quedarse con uno menos...

El ritmo cansino del primer tiempo -aunque no lo parecía cuando Vitolo perdió un mano a mano con Guaita apenas en el minuto 9- quedó atrás en el segundo pero tuvo que ser el Getafe quien fuera aumentando la cadencia del juego, y eso curiosamente permitió al Sevilla tener algo más de presencia arriba, o directamente algo de presencia, porque la realidad dictaba que ocasiones no había. Pero de forma casi inopinada, el Sevilla se adelantó ya en el 80 con una falta de Banega pegada al área que Guaita esperaba en su palo y que con sortear suave la barrera golpeó al Getafe.

Justo ahí Banega se fue a la caseta y el Sevilla desapareció.

Lo peor, incluso que desaparecer, fue conceder un gol en un córner impropio del nivel de este equipo. El Sevilla sacó otra vez tropecientos córners con cero peligro, pero su rival traía zozobra por ahí y un salto al aire de Velázquez dejó con el culo al aire a Krohn-Dehli, en quien rebotó torpemente el balón para que el propio Velázquez fusilara a metro y medio de la raya.

Espanto, espanto serio que pudo ser hasta peor. Era el 86 y más el descuento quedaron siete minutos de auténtico suplicio, de escarnio para un equipo llamado a lo máximo y que cada vez que viaje obtiene lo mínimo. El gol anulado a Cala con el tiempo a punto de cumplirse parece legal a todas luces, con lo que... Ni siquiera aprovechó la derrota casera de un Villarreal que parecía pétreo y que podría haber acercado notablemente a los levantinos en la tabla.

Ni eso. Ni así. Getafe es un campo maldito donde los haya para el Sevilla y allí sacó el segundo empate en sus últimas siete visitas. Siete. Como siete eran las derrotas consecutivas de los madrileños hasta que pasó por allí este Sevilla empeñado en resucitar a los rivales más decadentes y endebles cuando viaja.

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