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Los alemanes llegan con una profunda crisis a cuestas

  • La multa a Hleb por agredir al médico tras caer en la Copa ha sido la gota que ha colmado el vaso · Babbel ha sido ratificado

El VfB Stuttgart llegó ayer a Sevilla plagado de bajas y en mitad de una profunda crisis que le ha dado bastantes dolores de cabeza a la directiva esta semana. Tras cinco derrotas consecutivas, Markus Babbel tuvo que dar cuentas a sus jefes sobre la marcha del equipo, recién eliminado de la Copa alemana por un equipo de Segunda División y decimocuarto en la Bundesliga tras once jornadas disputadas. Los dirigentes, con su presidente, Erwin Staudt, a la cabeza, han tenido una semana movidita, y no esconden ya que el Stuttgart está luchando por evitar el descenso. La gota que ha colmado el vaso ha sido la acción de Aleksandr Hleb, que ha tenido que afrontar una multa de 30.000 euros por agredir al médico del equipo después de caer eliminado en la Copa por el modesto Fürth, todo un golpe para la afición.

Ahora las cosas andan más calmadas. Al menos, eso dicen. El ex barcelonista le ha pedido perdón a sus compañeros y el último empate sin goles en casa ante el Bayern Múnich se ha celebrado como si de un triunfo se tratara.

El equipo de Babbel, además, está sufriendo una profunda sequía anotadora. De hecho, el último tanto que celebró fue el del brasileño Elson de falta ante el Sevilla cuando ya el marcador era de 0-3, hace dos semanas.

Pero los problemas se le han acumulado a Babbel, que llega a Nervión plagado de bajas en su equipo. El partido ante el Bayern se ha cobrado dos víctimas más, Trasch y Osorio, ambos con lesiones musculares, pero lo más grave es que se unen a un amplio rosario de ausencias. Para empezar, dos hombres importantes en la delantera, el brasileño Cacau y el internacional rumano Marica. No menos importante es la baja del centrocampista Sami Khedira, que tampoco viajó a Sevilla, al igual que Martin Lanig.

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