Todo arranca 2-0...
El derbi europeo · la previa
El Betis llega a la conclusión de este histórico enfrentamiento europeo con la ventaja de los tantos de Baptistao y Salva Sevilla. El Sevilla no pierde la esperanza pese a no ser ya favorito.
Edición número 119 del partido de fútbol que refleja fielmente la rivalidad sevillana en el fútbol y nueva cita con la historia. En este derbi tan novedoso y tal vez único en muchísimo tiempo, el pasaporte para estar en los cuartos de final de la Liga Europa es el premio que se litiga esta noche en un Benito Villamarín que se convertirá en una verdadera caldera y los datos objetivos, los que no mienten jamás, son concluyentes. El Betis tiene una ventaja sobre el Sevilla de dos goles, los que materializaron Leo Baptistao y Salva Sevilla en cada uno de los dos tiempos que se litigaron hace justo una semana en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Hoy están programados otros dos tiempos, si no hubiera prórroga porque se diera el mismo resultado de la ida, y los béticos parten, naturalmente, como grandes favoritos. No en vano, se ganaron ese derecho con su fenomenal triunfo, pero ni unos ni otros, sea por una cosa o por otra, quieren dar nada como definitivo hasta que los tres silbidos del prestigioso árbitro portugués Pedro Proença den por finiquitado todo. Entonces, sólo entonces, será el momento para que media ciudad estalle de júbilo y la otra media lo padezca en silencio con las orejas gachas.
En eso sí será similar este derbi a la mayor parte de los 118 que se han dado a lo largo de la historia. Salvo los que acabaron con empate e incluso hasta en esos casos siempre hay una parte más feliz que la otra, es evidente que una de las dos Sevillas goza por todo lo alto mientras que la otra se dedica a rumiar los porqués de las circunstancias que se dieron. Eso sí, bueno sería seguir con la misma armonía, dentro de lo que cabe por supuesto, que se ha dado en las últimas ediciones para que al final haya un apretón colectivo de manos y todo quede pendiente del próximo, que por cierto tampoco se hará de rogar mucho, pues está ya programado para el Domingo de Ramos, cabe suponer, en el mismo escenario.
Ese derbi número 120 de número tan redondo queda a día de hoy tan lejano con lo que se debe dilucidar esta noche sobre el césped del Benito Villamarín... Porque se apunta a un espectáculo intenso, con mucha pasión en las gradas, donde 2.500 sevillistas agotaron las entradas correspondientes al cupo para los equipos visitantes a pesar de ese 2-0 que arrastra su equipo en contra. Y qué decir de los más de 40.000 béticos que se esperan en el recinto heliopolitano. Pues eso, que se dejarán sus gargantas en un apoyo continuo a sus futbolistas para que éstos reciban en todo momento una inyección adicional de fuerzas.
Lógicamente, ése es un factor importante, aunque no trascedente. La referencia está muy cercana, se vuelve una semana atrás y se comprueba que los ánimos de los sevillistas que llenaron el Ramón Sánchez-Pizjuán sólo sirvieron para darle colorido a la cosa y para animar sin cesar, aunque ello no influiría en el resultado, que fue de cero a dos favorable al que menos fieles tenía en los graderíos.
Son factores a tener en cuenta y que, en definitiva, conducen a un solo punto. En un Betis-Sevilla, Sevilla-Betis, el atrezzo es siempre un hecho necesario para el espectáculo, pero no deja ser una anécdota. Lo verdaderamente trascendente, como siempre ha sido, es el comportamiento de quienes se enfundan las camisetas de unos y otros para que el balón se encargue de dictaminar quién es el mejor en cada momento. Y en eso un resultadista puro, como quien esto suscribe, no tiene ni la más mínima duda: el Betis fue superior en Nervión y que no venga nadie con la milonga de las ocasiones y demás. El gol es una suerte del fútbol, la suprema la llaman, y también hay que manejarla a la perfección. Eso fue lo que hicieron los béticos y no los sevillistas. Por tanto, tonterías fuera, aunque, eso sí, queden aún 90 minutos por delante para que la cosa confirme el devenir de la ida o, por contra, vire hacia el otro bando. Eso no aparece ni en la bola de bruja alguna.
Se hace alusión a los protagonistas y resulta que ninguno de los dos equipos llegan al partido con todos los que quisieran. El Betis se ha quedado sin laterales con las lesiones de Caro y Dídac en Elche. Nacho no llegó a tiempo y Calderón deberá parchear la zona o acudir a la cantera para darle una camiseta de titular a Varela. El Sevilla, mientras, ubica todos sus problemas en el pivote central. Iborra está sancionado, Cristóforo se rompió el cruzado ante el Valladolid y Carriço también caía en las vísperas del primero de los derbis. A eso se le suma que M'Bia parece muy lejos de su mejor forma y resulta que no hay un solo pivote defensivo puro. Si no está finalmente M'Bia, que cualquiera sabe si no es tan malo su momento físico, las opciones son adelantar a Fazio para integrar un doble pivote con Rakitic o también acudir a la cantera, en este caso Luismi, medio centro defensivo que es titular en ese puesto en el filial.
El secretismo es absoluto y tanto un entrenador como otro han optado por preparar el partido a puerta cerrada. Emery incluso renunciaba al derecho que sí ejerció Calderón de entrenarse el día antes en el mismo escenario del partido. Está claro que el vasco tiene muchas cosas por perfilar y no se sabe siquiera cuáles son los elementos ofensivos que pondrá en liza. Noventa minutos dan para mucho, pero el Sevilla no tiene más remedio que plantear el partido hacia marcar el mayor número de goles posibles a costa incluso de desprotegerse algo atrás y abrir la espita a que también pueda recibir algunos. Aparte del medio centro, tampoco se sabe cuáles serán las cartas finales de esa baraja que integran Marko Marin, Gameiro, Bacca, Reyes o incluso Rakitic, aunque éste parece que partirá desde algo más atrás. En el caso de Calderón la cuestión es si serán cuatro o cinco los defensas para enjaretar posteriormente el resto del once. Sí se puede aventurar un centro del campo dinámico y rocoso al mismo tiempo con Nono, Reyes y N'Diaye.
Conjeturas variadas en ambos bandos que comenzarán a resolverse sobre las ocho de la noche. Las alineaciones, claro está, porque el partido arranca a las 21:05, pita el portugués Proença y el espectáculo parece asegurado. Todo arranca con 2-0. A ver cómo acaba...
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