Nueva derrota del Coosur Betis, una jornada más cerca de despeñarse de nuevo hasta la LEB Oro. Los verdiblancos pelean sin cesar, se dejan la vida sobre el parquet, pero eso no les vale para poner en apuros siquiera a escuadras muy superiores, en este caso un UCAM Murcia al que le bastó con apretar el acelerador a fondo en el tercer cuarto para decantar a su favor el partido, sobre todo cuando ya fue una evidencia que las baterías habían dicho basta en el bando local.

La RAE, sin duda, podría colocar una nueva acepción de la palabra impotencia y agregar ahí como nuevo ejemplo al Coosur Betis. El cuadro de Luis Casimiro llega a producir lástima no sólo a los suyos, también a quienes observan sus partidos como espectadores neutrales. Comienza a fondo con Shannon Evans intentándolo todo; con Pasecniks peleando debajo de los aros sea quien sea el rival que esté enfrente; con Vitto Brown acertado en los lanzamientos exteriores y con el resto de los integrantes de su mermada plantilla, entre lesiones y jugadores que apenas cuentan, aportando lo que puede individualmente dentro de su nivel…

Eso le basta muchas veces para llegar con el marcador equilibrado hasta el intermedio, incluso en esta ocasión llegó a finalizar con una clara ventaja el primero de los cuartos (27-19) y también por arriba en el descanso pese al aviso de reacción de los murcianos. Sin embargo, el nivel de las baterías va bajando conforme Evans acumula minutos y minutos sin ningún descanso, entre otras cosas porque sus sustitutos, ahora Cvetkovic como principal baza en la rotación de Casimiro, están a años luz y el equipo se resiente mucho cuando el base norteamericano no está sobre la cancha.

Mate de Wiley durante el partido.

Hasta que todo cortocircuita más o menos en el tercer cuarto y se produce el apagón definitivo. Paradójicamente, esta vez llegó después de una excelente racha verdiblanca, cuando Vitto Brown materializó un canastón subiendo por la línea de fondo para anotar apoyándose en la tabla delante de una infinidad de brazos de los rivales. El Coosur Betis se había colocado de nuevo en 58-48, diez de ventaja, y Sito Alonso pidió el correspondiente tiempo muerto en el ecuador de ese tercer parcial.

El efecto no pudo ser más nocivo para el Coosur Betis. El parcial hasta el final de ese periodo se fue hasta un 6-23 después de una canasta local sobre la bocina. El equipo de Casimiro, que por supuesto también solicitó su minuto para aclarar las ideas de los suyos, aunque con mucha menos efectividad, pasaba de ese esperanzador 58-48 a un 64-71 que se convertía en un cruel castigo para el esfuerzo de todos los suyos.

Estadísticas del Coosur Betis.

Pero este Coosur Betis, al contrario del que malvivía también en el arranque de la temporada, sí tiene amor propio. Tanto que Pasecniks, sustituto de un Wiley que no podía con este nivel bajo los tableros, se empeñó en meterlo de nuevo en el juego y llegó a situar todo en un 71-73 después de una canasta de trailer tras un robo de Báez. El pívot letón anotaba 6 puntos consecutivos y todo volvía a igualarse para mantener viva la llama de la ilusión.

Pero no, fue un espejismo. Lima, que apenas jugó en el primer periodo por castigo de su entrenador, volvió a mandar dentro de la zona y disparó de nuevo al UCAM Murcia con cestas y rebotes. 71-82 y allí no había nada que hacer. El Coosur Betis hace lo que puede, pero entre sus carencias y que encima se le han caído Travis Leslie y Burjanadze sencillamente es imposible. La raya de la salvación cada vez está trazada más lejos y quedan menos jornadas, pero es que es así de triste. Lo dicho, defina impotencia: Coosur Betis.