El consejo de administración del Betis, tras diversas gestiones que se iniciaron incluso en la época en la que Miguel Guillén era presidente del club, tiene decidido ya quién será la persona que se ocupe en adelante de las labores de gerencia del club, aunque en principio no será un gerente sino un director general, dentro de la política que no abandona el nuevo consejo, pese a mostrarse errónea en el anterior, de firmar por lo alto del organigrama antes de que los empleados demuestren su valía.

De hecho, a la fecha se ha equivocado en todos los casos, lo que ha provocado despidos, cambios dentro del club e incluso algunos que habrá una vez acabe la temporada, en la que está prevista una gran reestructuración en todas las parcelas.

El caso es que ayer circulaba el rumor por las oficinas de Heliópolis de que el nuevo jefe administrativo-económico de la entidad está elegido y que en breve, lo más tardar la próxima semana, su nombre será dado a conocer.

Desde la salida de Santiago Pozas, fue José Antonio Bosch quien prácticamente asumió las funciones de éste y últimamente es sobre todo el consejero Fernando Casas quien se estaba ocupando.

Aunque poco se sabe del perfil del que es el candidato elegido, no es alguien proveniente del mundo del fútbol ni tiene un pedigrí excesivamente bético, aunque hablan bien de su capacidad de gestión.

Menos prisa tiene el club con la contratación del secretario técnico o director deportivo, que podría llegar incluso acabada la temporada.