Con deberes para el parón
A la esperada reestructuración del organigrama se añade la tarea de recuperar la mejor versión del equipo. Merino quiere restablecer las señas de identidad para sellar una permanencia que acelerará los cambios.
En el Betis no existen momentos para el respiro. Ni siquiera la llegada del parón liguero por los encuentros internacionales rebaja el trabajo tanto en los despachos como sobre el césped. Si la derrota ante el Málaga ha torcido en parte los planes del cuerpo técnico, los dirigentes béticos continúan con la idea de reestructurar el organigrama de la entidad, aunque el acelerón definitivo se producirá cuando se consiga la permanencia matemática y el club ya comience a establecer las bases de la próxima temporada.
Los hombres fuertes de la entidad, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, son conscientes de la necesidad de tomar decisiones de calado en las próximas semanas, por aquello de comenzar la nueva planificación cuanto antes. Incluso los primeros borradores de presupuestos para la próxima temporada se comienzan a fijar desde mediados de abril, aunque posteriormente siempre se producen modificaciones atendiendo a los cambios en los ingresos y gastos previstos inicialmente.
La primera gran decisión corresponderá al futuro del director deportivo, Eduardo Maciá, que apenas cuenta con valedores dentro de la entidad. La tarea de los dirigentes será encontrar la fórmula adecuada para sustituir al valenciano y explicar a los aficionados los motivos que llevan a tomar esta decisión y que no sólo son deportivos. Con el equipo cumpliendo por ahora el objetivo mínimo de la permanencia, en el club no han gustado ni la forma de trabajar de Maciá -negociaba personalmente los altos contratos de los futbolistas, no existe una estructura de trabajo en equipo...- ni algunas excusas que el valenciano ha ido colocando durante la temporada para justificar sus errores.
En el club no sólo se anuncian cambios en el área deportiva, sino que los dirigentes también pretenden potenciar otras parcelas como el márketing y la comunicación, para lo que se espera la contratación de nuevos profesionales como Vicente Casado, ex director general del Málaga, y otros que asumirán las próximas aperturas de la radio y la televisión.
Si todas estas gestiones seguirán avanzando durante estos 11 días sin fútbol que faltan hasta el encuentro ante el Atlético, el trabajo también se le acumula a Juan Merino. El traspié ante el Málaga ha dejado al Betis de nuevo más pendiente de los resultados de los equipos de la zona baja, a la espera de conseguir esas dos victorias que se consideran necesarias para no pasar apuros de última hora.
El técnico necesita recuperar las señas de identidad que imprimió al Betis desde su llegada y que se han perdido en parte en los dos últimos partidos. Si ante el Athletic el cuadro verdiblanco apenas opuso resistencia, el sábado ante el Málaga el equipo salió de la caseta sin tensión, lo que facilitó que el conjunto costasoleño dispusiera de varias ocasiones de gol. Con el paso de los minutos y, sobre todo, en el segundo tiempo, el Betis igualó la intensidad de su oponente, pero a estas alturas de la temporada no se pueden ofrecer esas debilidades de salida.
Otro aspecto a mejorar por el preparador verdiblanco será el rendimiento goleador del equipo. Por vez primera desde su llegada, el Betis no marcó en el Villamarín, a la vez que otra vez parece existir una absoluta dependencia de la eficacia de Rubén Castro. Tras los 15 tantos del canario, los siguientes en aparecer en esta clasificación son Vargas y Pezzella, con dos tantos cada uno que se han originado en acciones a balón parado. De los otros tres delanteros de la plantilla, sólo Jorge Molina acumula un tanto -Rennella también sumó otro antes de marcharse al Valladolid-, mientras que del resto de jugadores ofensivos sólo se han estrenado Cejudo, Joaquín y Musonda.
En el apartado defensivo, el Betis se mostró débil por los laterales ante el Málaga, ya que ni Montoya ni Vargas ajustaron los espacios con los centrales, sobre todo en el primer tiempo. El regreso de Westermann al once sí fue positivo, aunque Merino sorprendió dejando a Bruno en el banquillo por decisión técnica por vez primera en esta temporada.
Así se presenta el panorama del Betis para este parón en la competición, que el club aprovechará para seguir proyectando cambios y el equipo para regresar a la dinámica positiva.
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